alor el trabajo femenino
BilbaoHistoriko reivindica la labor social de la mujer
La entidad organiza una jornada para poner en valor el trabajo femenino en los barrios de la villa
Deia, , 16-03-2013Bilbao. Juana tiene 33 años, es boliviana y vive en San Francisco desde hace siete años. Tiene tres hijos, pero a su lado solo está la pequeña Estibaliz, una niña de 3 años. Su sueño no es otro que, algún día, traer a la capital vizcaina a sus otros dos retoños. Unos metros más allá está Sonia; ella tiene 43 años y una hija de 16. Ha nacido, crecido y vive en Bilbao. La distancia territorial que, en principio, separó a Juana y Sonia se ha acortado fruto del destino y de sus ganas de trabajar y de luchar en un mundo en el que ser mujer aún significa tener unos cuantos pasos de desventaja respecto a los hombres. Ellas son solo un ejemplo de todas esas mujeres que día a día hacen un trabajo callado e incansable que está cambiando la sociedad. Y esta labor tiene un escenario donde se nota sobremanera, los barrios.
Por ello, BilbaoHistoriko, cuya sede está en San Francisco, quiso reconocer ayer el trabajo que hacen las mujeres en el barrio, organizando una jornada en la que las alumnas del taller de escritura del centro cívico de San Francisco y las mujeres inmigrantes que acuden a diversos talleres fueron las estrellas. Sus voces fueron la banda sonora de la tarde y los textos acuñados por ellas mismas fueron los protagonistas. Historias de amor, fantasía, de cruda realidad que son solo una muestra más de su importante labor en la vida social de un barrio que busca reverdecer laureles y que la villa mire más hacia él.
“Estamos trabajando todos, tratando de mejorar la calidad de vida de los barrios históricos de Bilbao. Los de aquí, los de allí, hombres y mujeres. Todos queremos hacer de la villa un gran lugar”, señaló Unai Aizpuru, presidente de BilbaoHistoriko. Juana encarna la lucha de aquellos bilbainos que nacieron a muchos kilómetros de distancia y que trabajan por hacer de la villa un lugar mejor. “La gente de Bilbao es muy acogedora, te ayuda mucho desde el principio”, se sincera antes de echar la mirada siete años atrás. “El primer día que llegué a Bilbao fue difícil”. Ella no tenía la barrera del idioma y contaba con el apoyo de sus hermanos, que ya estaban en Bizkaia. “Me adapté rápido. Lo que más me costó fue acostumbrarme a las seis horas de diferencia que hay con Bolivia”, explica.
letras de integración La escritura es uno de los aspectos que hacen que las mujeres, en general, y las inmigrantes, en particular, den pasos hacia un cambio que haga la sociedad más igualitaria. “Aunque a veces no nos demos cuenta, hacemos una labor muy importante; estamos dando vida al barrio”, admite Sonia.
Vida y actividad es lo que necesitan los barrios históricos de la villa. Quienes llegan procedentes de cualquier punto del globo terráqueo lo que requieren es socializar y aprender herramientas tan básicas como el idioma. Ambas cosas se unen en las clases de Seve Calleja. Este profesor de instituto invierte sus mañanas en enseñar castellano y euskera a quienes acaban de llegar. “Es muy gratificante enseñarles. Además aprenden muy rápido”, reconoce.
Su vertiginoso aprendizaje ha quedado plasmado en el libro Cuentos del mapamundi de Bilbao, cuyos textos fueron leídos ayer en voz alta en Expogela por varias personas inmigrantes. Bolivia, Colombia, República Dominicana, Malí y, por supuesto, Bilbao eran algunos de los lugares de origen de los lectores.
“Este es un barrio de muchos contrastes y en él está habiendo una fuerte explosión cultural”, aseguró Sonia. Una explosión provocada, sobre todo, por el ahínco y la labor de mujeres luchadoras que quieren hacer de su entorno más cercano un lugar enriquecedor e igualitario y marchan por el buen camino. “Mi sensación es que ahora tengo más cabida en el barrio, me siento más identificada con él”, finaliza Amaia Gómez, una joven de 30 años que, como otras muchas, está ayudando a que los barrios históricos vuelvan a escribir capítulos brillantes de su historia.
(Puede haber caducado)