ocurrió el pasado sábado

Ingresa en prisión un pakistaní que intentó matar a su mujer ahogándola con una sábana

El hombre asegura que seguía un ritual para tener descendencia, pero la mujer afirma que logró zafarse de la agresión aunque luego fue retenida en un coche

El Correo, CARMEN ORTEGA LOGROÑO., 15-03-2013

Un hombre de nacionalidad pakistaní ha ingresado en la prisión de Logroño después de que el Juzgado de Violencia sobre la Mujer haya acordado su encarcelamiento incondicional por dos presuntos delitos, uno de homicidio en grado de tentativa y otro de detención ilegal, presuntamente cometidos el pasado sábado.
De acuerdo con el relato de los hechos facilitado por el Tribunal Superior de Justicia de La Rioja, el imputado «apretó el cuello de su mujer, primero con una zapatilla y luego con una sábana». El acusado, que ha admitido los hechos, ofreció una rocambolesca versión sobre los mismos. En concreto, relató ante los responsables del Juzgado de Violencia sobre la Mujer que, ante las dificultades que la pareja tenía para tener descendencia, consultó con un imán de Pakistán sobre algunos ritos que favorecieran la procreación. A continuación y, siguiendo los consejos del líder religioso musulmán, puso en marcha uno de ellos, consistente en «leer un texto por las mañanas», mientras cada uno de los miembros de la pareja «apretaba el cuello del otro treinta veces».
El detenido señaló también que, cuando ya había apretado con la sábana quince veces el cuello de su mujer, ésta se quejó de que la estaba haciendo daño y le pidió que la soltara. Sin embargo, él relató ante el Juzgado que «no sabía» por qué no podía dejar de apretar, hasta que finalmente se dio cuenta de que el cuello de su mujer mostraba marcas preocupantes y dejó de hacerlo.
La versión de los hechos de la agredida difiere mucho de la contada por su esposo. La mujer aseguró durante su comparecencia ante el Juzgado de Violencia Sobre la Mujer que fue ella la que consiguió «zafarse» de su marido, «que cada vez tensaba más la sábana». A continuación abandonó la vivienda que ambos compartían, pese a que el hombre trató de interponerse en su camino. Después de que se hubiera recuperado de la agresión, la mujer pidió a su agresor que la trasladara hasta la vivienda de unos familiares.
Una vez que los dos se encontraban en su coche, ella comprobó que su esposo no tomaba la dirección correcta y entonces ella abrió la puerta del vehículo para que su marido retomara el camino adecuado. En ese momento, él pareció guiar el turismo hacia el destino indicado, pero antes de llegar la retuvo «agarrándola fuertemente por la muñeca» y repitiéndole reiteradamente que no contara a nadie lo sucedido en su domicilio «si no quería sufrir las consecuencias».
Fue entonces cuando la mujer pidió ayuda a un peatón, que resultó ser también de nacionalidad pakistaní, que la llevó hasta el domicilio, mientras el agresor escapaba.
La Policía lo detuvo más tarde, la mujer fue atendida por una ambulancia y con posterioridad declaró los hechos ante el Juzgado de Violencia Sobre la Mujer, que ha decretado el ingreso incondicional en prisión del agresor.

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