Siete niños y una mujer, todos ellos miembros de una misma familia, perdieron la vida ayer en el sur de Alemania al declararse un incendio en el centro de la localidad de Backnang, al noroeste de Stuttgart. El fuego tuvo lugar en el complejo donde residían las víctimas, una antigua fábrica de marroquinería que alberga viviendas, establecimientos y una asociación cultural turca, nacionalidad a la que pertenecían los fallecidos.
La primera llamada de auxilio se efectuó en torno a las 4:30 de la madrugada, según precisó Klaus Hinderer, portavoz de la Policía. Durante las tareas de extinción, las fuerzas de seguridad hallaron en un primer momento siete cadáveres, mientras los bomberos pudieron rescatar a otras tres personas refugiadas en una especie de balcón, y que fueron trasladadas al hospital. Asimismo, los cuerpos de rescate atendieron en el lugar a medio centenar de personas entre miembros y conocidos de la familia.
«Espero que no encontremos a más personas muertas, pero de momento lamentablemente no podemos descartar nada», declaró Ronald Krötz, portavoz de la Policía, que descartó que pudiera tratarse de un ataque racista o un incendio provocado. Aunque por el momento se desconocen las causas del fuego, los testigos apuntan a que una estufa de leña defectuosa en la vivienda, situada en la primera planta, podría haberlo desencadenado. No obstante habrá que esperar los resultados finales de las investigaciones para determinar el origen de la tragedia.
En las dos viviendas más afectadas por el incendio había registradas oficialmente trece personas, según precisaron las autoridades germanas, que agregaron que hay un residente en paradero desconocido. Entretanto, los servicios de emergencia continúan sus trabajos para restablecer la seguridad en el lugar y dar con el cuerpo del vecino desaparecido.
El incendio fue de tal magnitud que los bomberos de Backnang se vieron obligados a pedir asistencia a las ciudades vecinas. Tuvieron que evacuar además dos bares ubicados en los bajos, donde a la hora a la que se declaró el incendio todavía se encontraban numerosos clientes. En total, cerca de cien efectivos participaron en las tareas de salvamento y extinción de unas llamas que sólo pudieron ser sofocadas bien avanzada la mañana.
Conmoción y dolor
Representantes de la ciudad y miembros de la asociación turca, situada en el mismo edificio, se mostraron profundamente consternados por las dimensiones del siniestro. Todos ellos expresaron su pésame por la muerte de las ocho personas, una familia de inmigrantes procedentes de la provincia turca de Adiyaman, según precisó el cónsul en Alemania, Türker Ari, en declaraciones recogidas por el diario ‘Hurriyet’.
La tragedia también causó una profunda consternación en la Embajada de Turquía en el país germano. El jefe de la legación diplomática, Hüseyin Avni Karslioglu, decidió desplazarse desde Berlín al lugar de los hechos. Paralelamente, el cónsul general turco en Stuttgart, Mustafa Türker Ari, acudió también a Backnang desde primera hora de la mañana, al igual que el ministro del Interior del Estado federado de Baden-Württemberg, Reinhold Gall.