La Rioja tenía 270.400 habitantes en 2001 (de los que solo 8.100 eran extranjeros); hoy, doce años más tarde, su población ha crecido en 53.200 personas, supera las 323.600 y la colonia exterior sobrepasa las 46.000 almas. En lo que llevamos de siglo XXI, la región ha crecido en un 20%, un incremento justificado por la significativa llegada de inmigrantes.
Son datos reflejados en el estudio titulado ‘Principales características demográficas de La Rioja 2012’, presentado ayer por Concepción Arruga, consejera de Administración Pública, y Natalia Ríos, directora del Instituto de Estadística, y que entre otras conclusiones recoge que en la comunidad vuelven a vivir más mujeres que hombres (461 más), circunstancia que no se daba desde 2002. El año pasado la diferencia era a favor de los hombres (115).
La inmigración es la clave en este aspecto. Con la llegada masiva de gente del exterior, se invirtió un término que, si solo se tiene en cuenta la población española, ha sido constante a favor de las mujeres: 3.000 más, en una progresión inalterada en muchos años. Pero el flujo migratorio había sido mayoritariamente masculino hasta que empezó la crisis: en 2009, había 6.000 extranjeros más que extranjeras; hoy, la brecha apenas llega a 3.000.
Las rumanas, mayoría
Especialmente, desde que en 2005, Marruecos cedió la supremacía a Rumania, una colonia con mayoría femenina aunque por escaso margen. A 31 de diciembre de 2012, Rumania era el país con más implantación, con casi 13.000 inmigrantes (el 51%, mujeres). Le seguía Marruecos con cerca de 8.500 (el 57%, hombres), con Pakistán (3.688), Portugal (3.315), Colombia (2.666), Bolivia (2.246), Ecuador (1.995) y Argelia (1.114) a continuación. Estos ocho países son los únicos que pasan del millar de ciudadanos. Por localidades, en Pradejón cuatro de cada diez personas es inmigrante.
La inmigración también tiene importante influencia cambio en el crecimiento vegetativo, negativo hasta 2003. En 1996, morían en La Rioja casi 500 personas más de las que nacían; hoy, nacen 1.069 personas más de las que mueren. En total, el año pasado hubo 3.172 alumbramientos y 1.936 fallecimientos, parecidos números a los de 2010.
En La Rioja, el 73% de los fallecidos (de ambos sexos) corresponde a la franja de edad de mayores de 75 años, mientras que la tasa de mortalidad infantil es de 4,73. La esperanza de vida sigue ligeramente por encima de la media nacional (82,9% por 82,2), aunque entre las mujeres es seis puntos más que en los hombres (86,08 frente a 79,9).
Población envejecida
El monográfico también concluye que cuatro de cada diez riojanos tiene entre 16 y 44 años, siendo el tramo más numeroso (casi el 40%) de la población; si bien la región presenta una población más envejecida que el resto del país. Tasas de fecundidad inferiores a las nacionales, hacen que los mayores de 45 años representen el 44,6% del total, por 43,1% en el resto del Estado. El colectivo de extranjeros es el que rompe esta tendencia: casi ocho de cada diez varones es menor de 64 años.
La Rioja tiene una densidad de 64 habitantes por kilómetro cuadrado (en Logroño es de 1.928) y su población vive en su mayoría en la zona norte de la provincia: la mitad de sus habitantes vive en la capital y el 75% en municipios de más de 4.000 habitantes. 131 pueblos de la región tienen menos de 500 personas.