Sociedad
Londres ya no habla inglés
ABC, , 02-03-2013Las masivas oleadas de inmigrantes reducen a un 45% la población de británicos caucásicos, que huyen de una ciudad en la que una de cada cinco personas no tiene la lengua de Shakespeare como materna
La calle lo evidencia y las cifras lo confirman. Encontrar a un inglés de raza blanca en Londres supone un reto digno de admiración. Las riadas de inmigrantes que aterrizan en la ciudad de las oportunidades copan portadas, la agenda del primer ministro, David Cameron, y el debate popular. En cambio, en contadas ocasiones se pone el foco en los que abandonan la capital.
Durante la primera década del 2000, la cantidad de residentes británicos de raza blanca en Londres disminuyó en 620.000, el equivalente a la población total de Glasgow. Como consecuencia, han pasado a convertirse en minoría en la capital y sólo representan un 45% del total de habitantes, según el censo de 2011.
¿A qué se debe esta huida en masa? Londres siempre ha sido una ciudad multicultural, pero las oleadas de inmigrantes han terminado por desplazar a la población autóctona. «En los años transcurridos entre los dos últimos censos ocurrió un importante cambio cultural en Londres, particularmente en los municipios exteriores. Algunos británicos blancos se mudaron porque su vecindario se transformó culturalmente, los salones de té y restaurantes fueron reemplazados por puestos de pollos para llevar y supermercados halal (comida apta para musulmanes)» señala el periodista Mark Easton, autor de un informe elaborado por la BBC, sobre este fenómeno migratorio.
La siguiente pregunta sería hacia dónde emigran estas familias británicas. Por lo general, tienden a asentarse en cualquier otra parte de Inglaterra o Gales, donde la población se ha visto incrementada en 200.000 personas. Los doce municipios con el mayor aumento de población británica blanca corresponden al este de Inglaterra y, en general, son zonas rurales y tranquilas. «Parecería que en la primera década del siglo XXI el sueño de escapar al campo se hizo realidad para decenas de miles de británicos blancos urbanos», reflexiona Easton.
Este mapa tan diverso de etnias, religiones, tradiciones puede dar lugar a problemas de integración. Sin duda, el idioma es una de las grandes barreras, en una ciudad donde uno de cada cinco de sus habitantes (1,7 millones) no tiene como lengua materna el inglés. De hecho, el Servicio Nacional de Salud británico (NHS) impondrá a partir de abril estrictas reglas para obligar a todos los médicos extranjeros a hablar un perfecto inglés. Según el Ministerio de Salud británico, al menos unos 88.000 médicos extranjeros están registrados para poder ejercer su profesión, incluidos 22.758 provenientes de Europa.
La medida fue tomada después de que un doctor alemán, en su primera consulta en el país, prescribiera a un paciente una sobredosis letal de un medicamento al entender equivocadamente lo que el enfermo le decía. Previamente, el mismo Ubanile fue rechazado en un hospital por su mal manejo del idioma, pero más tarde fue empleado por una clínica de Cambridgeshire.
Ante este panorama, el Gobierno de David Cameron busca fórmulas, algunas un tanto chapuceras, como el lanzamiento de una campaña de autodesprestigio para exportar una imagen negativa del Reino Unido, para poner cota a una inmigración que en 2014 tendrá como protagonistas a Bulgaria y Rumania, tras la supresión de las restricciones a la libre circulación de los nacionales de esos países.
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