Los herederos de Mussolini
La extrema derecha italiana gana popularidad ante la crisis de los partidos tradicionales
El Mundo, , 25-02-2013Mne fue invitado a una reunión en Sevilla de movimientos de extrema derecha, pero finalmente no acudió por problemas con la justicia. CasaPound mantiene relaciones (o las ha mantenido) en España con las organizaciones Casa Militia, Plataforma per Catalunya, Proyecto Impulso (Castellón) y Fuerza Nueva.
RICCARDO AUCI
Simone Di Stefano, candidato de CasaPound, el partido de inspiración fascista que confía en cambiar el cuadro político en Italia
El ideario de CasaPound no sigue al pie de la letra el de la extrema derecha tradicional. Por ejemplo, mientras Forza Nuova insiste en posiciones basadas en códigos religiosos (defensa de la familia, contra la homosexualidad y el aborto y el tratado de Lisboa, culpable de acentuar la pérdida de soberanía y de facilitar la inmigración), este movimiento fija como su principal enemigo el liberalismo. Defiende una política social, con una fuerte presencia del Estado en la economía y vida del país. Una reformulación del fascismo, como antídoto a la globalización y al euro, “que es una condena a muerte”.
En su programa destacan algunos elementos, como salir de Europa para recuperar la soberanía monetaria, establecer relaciones privilegiadas con Rusia, suspensión de los acuerdos de Schengen para reglamentar los flujos migratorios (ya que “la presencia de inmigrantes favorece nuevas formas de esclavitud”), nacionalización de la energía y de los sectores estratégicos (“con la revocación de la concesión de las autopistas a la española Abertis”, dice Di Stefano).
Asimismo, CasaPound quiere recuperar una edificación pública de estilo fascista, aumentar las horas de educación física en las escuelas un 150%, reintroducir el servicio militar obligatorio hasta los 45 años y dotarse de armas nucleares sin limitaciones. Como curiosidad, algunos seguidores de este movimiento practican como forma de ocio la cinghiamattanza, un baile que se parece mucho a una lucha, en la que los participantes se golpean con la hebilla de un cinturón.
Durante la campaña electoral, miembros de CasaPound desataron una polémica porque boicotearon un acto de Sandro Ruotolo, candidato del movimiento de izquierdas Rivoluzione Civile, que dijo haber sido amenazado.
Di Stefano cree que, si logran representación, podrían llegar a acuerdos puntuales con el partido del cómico Beppe Grillo. ussolini ha estado presente en la campaña electoral italiana. Después de que Silvio Berlusconi le elogiara (el Duce “hizo cosas buenas”), la extrema derecha está en ebullición. “Obtendremos un gran resultado. Manejamos sondeos que nos dan hasta el 4%”, asegura Simone Di Stefano, candidato de CasaPound, el partido de inspiración fascista que confía en reventar el cuadro político en Italia.
De momento hablan los datos de audiencia. Tras participar en un debate televisivo con otros líderes, las encuestas otorgaron a Di Stefano un 23% de juicios positivos. En otro programa emitido durante la campaña, consiguió casi un 4% de cuota, con más de 700.000 espectadores.
En Italia hay hasta cuatro partidos que se sitúan, más o menos, en la derecha radical: la Destra, Forza Nuova, CasaPound y Alba Dorata (aunque esta última, una versión del homólogo griego, ha sido excluida de las listas y uno de sus miembros elogió públicamente al asesino noruego Breivik). “Estos movimientos extremistas en toda Europa siempre siguen el mismo ciclo –explica un diplomático italiano estudioso del fenómeno, y que pide anonimato–. Surgen en etapas de crisis, para desinflarse y volver a subir. Lo curioso es que entre ellos mismos suele haber muchas confrontaciones y desencuentros”.
“Nosotros somos los auténticos herederos de Mussolini”, asegura Simone Di Stefano. “El fundador del movimiento, Gianluca Iannone, declaró una vez que el fascismo “fue la experiencia más bonita de la historia de Italia”. CasaPound, que cuenta con 5.000 inscritos, tiene su sede en un edificio que fue ocupado hace años por jóvenes de extrema derecha y en el que viven ahora 70 familias. En el interior se pueden ver banderas con símbolos fascistas, y un mural con nombres de personajes muy variados, que van desde Julio César hasta Nietzsche.
Laura, una joven estudiante valenciana de Derecho, presente en la sede y simpatizante de CasaPound, asegura que aquí es todo mucho más organizado y vertebrado que en otras organizaciones similares en España.
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