Caen dos bandas que explotaban a mujeres rumanas en Agullana
Los grupos sometían a las chicas a palizas y violaciones y las obligaban a trabajar 14 horas diarias
La Vanguardia, , 21-02-2013El grupo obligaba a las mujeres a hacer uso de lectores de huella dactilar al inicio de su jornada y en cada servicio sexual, lo que les permitía tenerlas controladas en todo momento. El club, que llegó a facturar 60.000 euros diarios, también obligaba a las chicas a pagar 70 euros diarios para mantener la plaza y debían hacer frente a una serie de gastos ocasionados por su actividad que incrementaban los beneficios de los responsables del prostíbulo. Así, debían pagar cinco euros diarios por la electricidad; dos por cada rollo de papel higiénico, o siete por el jabón. Para tener mayor control sobre las chicas, la organización instaló inhibidores de teléfonos móviles en el local para obligarlas a usar los teléfonos públicos que había en el local.
Las investigaciones han permitido constatar envíos regulares de dinero al extranjero, realizados por el lugarteniente del dueño del club, quien facilitaba también inmuebles de alquiler a proxenetas y víctimas y dirigía una flota de conductores que transportaban a las mujeres al local, cobrando 15 euros por trayecto.
En torno a esta actividad delictiva se ha descubierto un entramado de sociedades tapadera para blanquear parte de los beneficios, con un capital social de 11,5 millones de euros. La policía ha localizado en el registro efectuado en cinco domicilios y en el club más de 100.000 euros en efectivo, un revólver, un rifle silenciador, dos defensas eléctricas o 2.000 resguardos de envío de dinero al extranjero.
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