Sestao ha retrocedido al año 1963 en cuanto a nivel de población. Desde esa década, el núcleo de la Margen Izquierda más afectado por la reconversión industrial no se había encontrado con tan pocos inscritos en su padrón municipal. Según los datos que maneja el servicio de estadística del Ayuntamiento, los sestaoarras quedaron reducidos durante el año pasado a 28.825 individuos, 134 menos que en 2011. Con esta cifra, son ya dieciocho años consecutivos en los que el censo se contrae en la localidad, que ahora mismo cuenta casi con los mismos habitantes que tenía en el año en que los Beatles saltaron al estrellato.

Muy lejos queda el récord histórico de 1978, cuando 42.905 personas vivían en un término municipal que entonces bullía de trabajadores de la industria pesada. Altos Hornos de Vizcaya (AHV), los astilleros de la Naval, Babcock&Wilcox o General Eléctrica son sólo algunos de los nombres de factorías sestaoarras que, o bien ya cerraron sus puertas, o han reducido su actividad al mínimo con el paso del tiempo. En ese mismo año nació también el actual alcalde, el peneuvista Josu Bergara, quien hoy se enfrenta al «reto» de afrontar el descenso continuo de vecinos y hacer políticas para una sociedad envejecida, donde los jóvenes son los que no encuentran trabajo y tienen que hacer las maletas en busca de oportunidades.

La última pirámide de población de Sestao, realizada en 2011, desvela que la mayor parte de los censados tienen más de 65 años y que unos 2.000 sobrepasan los ochenta. «Esta es una realidad social – admite Bergara – que tenemos que abordar con intervenciones más sensibles para las personas mayores y que nos impulsa a crear el Observatorio de la Tercera Edad».

En este complicado panorama existen también pequeños rayos de esperanza, como el hecho de que los nacimientos llevan aumentando seis años consecutivos, a pesar de que el número de defunciones les sigue superando (331 óbitos frente a 264 alumbramientos en 2012) y que la cifra de partos crece de manera muy lenta. «La diferencia entre ellos aún no es suficiente», explica el regidor. Además, pese a la llegada de nueva población, continúa estable la huida de personas en edad laboral a escenarios más favorables.

68 nacionalidades

La falta de trabajo – Sestao acumula más de 3.000 parados y registra la tasa más alta de Euskadi – , la ausencia durante todo estos años de una política clara de vivienda protegida y una Administración local con pocos recursos económicos para hacer frente a esta sangría son algunas de las causas que explican que en el pueblo apenas residan unas 4.000 personas con edades comprendidas entre los 25 y los 35 años.

Y la inmigración apenas puede compensar la caída del censo. Según la estadística, únicamente 1.900 personas de procedencia extranjera están dados de alta en el padrón municipal, representando a 68 nacionalidades y suponiendo un 6% sobre el total de habitantes. Unos indicadores que chocan con la creencia extendida de que el número de inmigrantes en Sestao es mayor que en otras localidades de su entorno.

La construcción de vivienda protegida en la zona de La Punta y el barrio de Kueto, la rehabilitación integral de la calle Txabarri, que se lleva actualmente a cabo, y la edificación algún día en la zona de Camino Chiquito, convertido hoy en un descampado con una boca de metro, son algunas de las medidas que el Consistorio planea para que Sestao no cumpla en el año 2015 dos décadas de pérdida ininterrumpida de vecinos.