Tiene 53 años, es inmigrante brasileño pero llevaba años afincado en Zaragoza, y ahora se enfrenta a una petición de 20 años y 9 meses de prisión acusado de haber abusado sexualmente de tres menores de edad en el piso en el que vivía y en el que también estaban habitualmente los pequeños, dos niñas y un niño. Con dos de ellos tenía vínculo familiar, porque eran la hermana pequeña y un sobrino de su pareja sentimental, de 12 y 10 años; la otra niña, de 12 años, era la hija de un matrimonio que solía frecuentar el piso.

El fiscal reclama para él una pena de prisión de 20 años y 9 meses de prisión por entender probado que existieron esas prácticas delictivas y que, a tenor de los informes periciales de expertos, los testimonios y confidencias que hicieron los niños tras denunciarse los hechos son perfectamente creíbles y ajustados a la realidad. Él, sin embargo, se declara inocente. Durante la vista oral celebrada a puerta cerrada en los tribunales de Zaragoza, el acusado dijo este martes que él no hizo nada y echó la culpa a los peqeuños, a los que responsabilizó de ser quienes, entre ellos, realizaban juegos de tipo sexual.

Pero la Fiscalía da por probado que a lo largo del año 2011 este hombre sometió a diversas prácticas sexuales a los menores. Argumenta que, a tenor del testimonio de los niños, el presunto agresor aprovechaba las ocasiones en que se quedaba solo con los menores para intimidarles y obligarles a participar en sus agresiones sexuales.

El ministerio público ha añadido que en ocasiones el procesado, que se encuentra en prisión provisional por estos hechos, se exhibía ante los menores desnudo y que en ocasiones se metía en la cama con las dos niñas para simular el acto sexual.