La crisis ha desatado un crecimiento exponencial de las necesidades básicas entre las personas con dificultades hasta el punto de que un 70% de las familias atendidas por Cruz Roja no pueden dar a sus hijos una alimentación adecuada. Desde que comenzó la debacle económica en 2008, el número de personas asistidas por la entidad benéfica ha pasado de 909.800 a 2.390.810, lo que significa un espectacular incremento del 163%.

El informe presentado ayer expone con toda crudeza los efectos devastadores de la crisis. Un 33% de los que acuden a Cruz Roja en busca de ayuda carece de ingresos. La pobreza y la exclusión social es demoledora entre los inmigrantes , pero también entre los españoles, que hace cuatro años representaban el 33% y ahora ya son el 45%.

Como consecuencia de la recesión, los ‘sin techo’ han aumentado de forma espectacular, de manera que si en 2006 su número se elevaba a 6.000 personas, ahora su cifra escala a 30.000 en toda España, únicamente con datos referidos a personas atendidas por la Cruz Roja y su voluntarios.

El riego de vulnerabilidad social cada vez es mayor, como lo refleja el hecho de que el 22% de los beneficiarios poseen ingresos inferiores a los 500 euros al mes. A raíz de la galopante precariedad, el avance del desempleo y el progreso de la exclusión social, la población mayor sufre el golpe de la crisis, dado que tiene que acoger a sus hijos y nietos en paro. El informe pone de manifiesto un dato alarmante: un 49% de los ancianos entre 65 y 70 años cuida de un dependiente y un 16% se encuentra en situación de riesgo extremo vinculado a la salud.

Y las previsiones tampoco son halagüeñas. Para este año la institución benéfica espera atender a más de 2,5 millones de personas. Entre los grupos prioritarios para la organización se encuentran los niños, los mayores, las familias monoparentales, las que tienen a todos sus miembros en paro y los jóvenes.