Dos informes contradictorios para un mismo solicitante

El Mundo, , 07-01-2013

Mohamed Ibrahim acudió a la Oficina de Extranjería de Barcelona con dos informes casi idénticos, sin diferencias excepto en la última casilla. Mientras que el Ayuntamiento de Cabrils marcaba la cruz que refrenda que el vecino egipcio se ha integrado en la población donde se afincó en 2006, el Departamento autonómico de Bienestar dictaminaba lo contrario.

En el expediente, la conselleria justifica que Ibrahim «no dispone de conocimientos lingüísticos mínimos en lengua catalana». El solicitante sí cumple con una estancia superior a tres años, medios económicos garantizados a través de su cónyuge y vínculos familiares. Tanto en la propuesta del Consistorio como en el dictamen de la Generalitat se corrobora que Ibrahim comprende y habla castellano. «No me habían dicho nada antes sobre el catalán. Viajo a menudo y no tengo tiempo para el curso», atestigua. Ibrahim es músico y participa en espectáculos en enclaves turísticos de España.

No ha encontrado objeción para que la Subdelegación estudie la documentación y aguarda a que el expediente se cierre. Sus circunstancias son similares a las de otros inmigrantes que han logrado el permiso de residencia aunque la conselleria rechazase la demanda al no aportar el título de catalán.

De todas formas, los abogados consultados matizan que lo más frecuente es que los extranjeros desconozcan la treta y se apunten al curso después de que se les reclame. «Hasta hace poco no se pedía el título, antes se exigía que se demostrase entender el catalán en una entrevista personal», añade Bernardo Casique, secretario general de la Plataforma Hispanoamericana en Cataluña y letrado que asesora a tres latinoamericanos que han acudido a las clases tras quedarse sin arraigo.

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