Mientras crecía la polémica por la decisión de la Audiencia Nacional de poner en libertad al principal implicado en la operación Emperador, Gao Ping, y a algunos de sus presuntos secuaces, la Policía continuaba haciendo su trabajo.

En su intervención de octubre, los agentes especializados en la lucha contra el crimen organizado no lograron detener a todos sus objetivos. De hecho, algunos de los huidos o, al menos, no localizados eran considerados «piezas maestras» en el engranaje criminal supuestamente dirigido por Gao Ping.

Durante los últimos días, los agentes de la Unidad contra la Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) han logrado localizar y detener en Madrid a dos de estas piezas: se trata de un ciudadano chino vinculado a la familia de la mujer de Gao Ping y otro de nacionalidad sueca. Según las fuentes consultadas por este diario, son dos de los más relevantes huidos y tenían un papel significativo en la trama de blanqueo.

El primero de ellos es Li Tie, que poseía diferentes comercios en el polígono de Cobo Calleja, eje fundamental de la actividad de Gao Ping. Este empresario, que los agentes tenían en su lista de más buscados de la operación, fue capturado el pasado martes en Madrid.

Además, según explicaron fuentes de la investigación, el detenido era una especie de abre puertas, un habilidoso relaciones públicas con contactos bien engrasados en la administración. Era muy conocido en el mundillo policial, incluso capaz de agilizar gestiones con la Policía. Pero también en otras instancias, fundamentalmente de los ayuntamientos. «Era un conseguidor y un hombre con contactos», indicaron estas mismas fuentes.

El segundo arresto se produjo el pasado miércoles en el barrio de Salamanca de Madrid. Se trata de Joseph Bashe, ciudadano de nacionalidad sueca, empleado de una entidad bancaria. Estas fuentes también le consideran uno de los elementos clave para desentrañar la completa y compleja trama que creó Gao Ping para el blanqueo de capitales.

Este periódico ya adelantó que, en la primera fase de la operación, la iniciada en octubre, había logrado huir un ciudadano belga que era el gran blanqueador de la trama y que, además de para la red de Gao, trabaja para otros defraudadores. Los investigadores creen que el sueco detenido ahora en Madrid tiene una importancia similar.

Fue identificado por agentes de la comisaría en una actuación rutinaria, cuando realizaban un chequeo de los hoteles y hostales de la zona. Allí localizaron a este ciudadano, que estaba reclamado por la Audiencia Nacional, en concreto por el juez instructor de la causa, Fernando Andreu, por su presunta implicación en la trama.

Fue precisamente este juez quien superó el plazo máximo de 72 horas de detención policial y tuvo que poner en libertad a Gao Ping y a otros 11 líderes de las tramas mafiosas por orden de la Sección Tercera de la Sala Penal de la Audiencia Nacional.

El juez, que había felicitado a los agentes que llevaron a cabo las investigaciones y la operación, se excedió en el tiempo para retener a los detenidos antes de tomarles declaración.

Según explicaron las fuentes policiales, los investigadores estaban satisfechos hasta ese momento con el trabajo del juez, con el que habían podido contar casi con dedicación exclusiva, a cualquier hora y día.

La reciente situación ha defraudado a los especialistas. Saben que, de cara a la investigación, prácticamente todo está hecho. Pero les duele ver lo que supone un error judicial. El magistrado dio la cara ante los propios investigadores. Lo mismo que contactó con ellos para felicitarles por su trabajo, también se comunicó con ellos para pedirles disculpas por su responsabilidad en la decisión de la Sala Penal de la Audiencia Nacional de dejar en libertad a los encausados más importantes.

Uno de los implicados en la red y que ha sido puesto en libertad por la Audiencia Nacional ya ha dejado clara su intención de querellarse contra el juez y contra la Fiscalía Anticorrupción por el exceso de tiempo en la detención policial.