Córdoba
La población extranjera resiste a la crisis y se duplica en una década
La provincia cuenta ya con 23.716 inmigrantes, la mayoría de la UE, sudamericanos y africanos, pero sigue a la cola de la población foránea en Andalucía
ABC, , 18-12-2012LA crisis les está pasando factura, pero resisten. El número de inmigrantes en la provincia casi se ha duplicado en la última década a pesar de que las oportunidades de trabajo son cada vez menores y de que los subsidios de desempleo se agotan. El último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) titulado Censos de Población y Viviendas y correspondiente a 2011, difundido la pasada semana, da cuenta de que la población extranjera, lejos de estancarse, ha crecido de un modo notable desde 2001, si bien el peso específico de los inmigrantes en Córdoba sigue siendo el más bajo no sólo de la comunidad autónoma sino de toda España. Así, en la provincia se contaban el pasado año 23.716 extranjeros, mientras que un decenio antes la cifra era de 10.056. Como se aprecia en el gráfico adjunto, la evolución al alza de la población no nacional ha sido muy superior a la del padrón provincial, que desde 2001 creció un 1,4 por ciento (pasó de 701.526 personas a 778.859 ciudadanos) mientras que el colectivo de inmigrantes aumentó un 137 por ciento. El comportamiento en la capital ha seguido un patrón muy similar, de tal modo que en una década a punto ha estado de duplicarse el volumen de inmigrantes en el padrón: de 4.872 personas en 2001 (con un censo total de 316.411 vecinos) se ha pasado en 2011 a 8.877 en un censo de 328.326 personas.
Las mujeres inmigrantes siguen sacando cabeza en la estadística de inmigración, de tal modo que superan, aunque por poco, a los hombres: así, el año pasado se contaban en el padrón municipal 4.818 féminas en contraposición a 4.059 hombres. Estos guarismos reflejan un fenómeno evidente: es mucho más frecuente que las mujeres vengan a España solas a que lo hagan los hombres; de hecho, las mujeres suelen ser la avanzadilla familiar, valga el término, y una vez que comprueban que aquí hay posibilidades laborales, de futuro en suma, es cuando llegan sus maridos e hijos.
No ha cambiado en estos últimos diez años el tipo medio de inmigrante que viene a Córdoba, pues los suramericanos siguen suponiendo la mayoría, y más que holgada. Así, los súbditos de los países de América del Sur o Central, o del Caribe, sumaban en 2011 un total de 3.893 personas, seguidos por los ciudadanos de la Unión Europea (1.958) y por los africanos (1.327). Los asiáticos alcanzaban la cifra de 909, mientras que los europeos no pertenecientes a la UE eran 595.
En la provincia se han mantenido desde 20011 los polos primordiales de recepción de extranjeros, vinculados en gran medida a la actividad agrícola e industrial. Lucena y Palma del Río siguen siendo las poblaciones a las que acuden más inmigrantes, de tal modo que según el último informe del INE se contabilizaban 2.280 y 1.199 foráneos respectivamente. Baena, con 1.031, y Puente Genil, con 1.097, no se apean de las posiciones preeminentes de acogida de ciudadanos extranjeros.
Otra de las constantes desde 2001 es que la población extranjera es minoritaria en la provincia en comparación con el resto de la comunidad autónoma, donde el porcentaje de foráneos en el censo es del 7,2 por ciento mientras que en Córdoba apenas llega al 2,9 por ciento. El mayor peso de los extranjeros en la región se localiza en la provincia de Almería, donde suponen el 19 por ciento de los vecinos, si bien este tanteo llegó al 25 por ciento en el primer lustro de este siglo, cuando las campañas agrícolas llamaron a miles de inmigrantes, en su mayoría africanos, a la zona de Poniente.
En los mismos porcentajes mínimos de población extranjera de Córdoba se encuentran La Coruña (3,3%); Jaén (3,3%); Badajoz (3,4%); Cáceres (3,7%) y Cádiz (3,8%), entre otras demarcaciones. En el polo opuesto se sitúan Alicante y Girona, que destacan por contar con mayor porcentaje de ciudadanos extranjeros (el 20,5% y el 20,3% de sus residentes, respectivamente).
Si la irrupción de la población foránea fue clave para que los censos de los municipios cordobeses no sufrieran una depresión a mediados de la pasada década cuando los nacimientos se estancaron y repuntó la mortalidad, parece claro que el efecto de la llegada de inmigrantes no podrá frenar la caída demográfica que los especialistas esperan para los próximos años. Porque, según los cálculos del Instituto Nacional de Estadística, la provincia entrará a lo largo del próximo año en el crecimiento negativo, perderá población y ésta se hará más vieja, como consecuencia de la caída en el número de nacimientos y el aumento de los fallecimientos. Los datos son concluyentes: en la actualidad Córdoba y su provincia tienen 778.859 habitantes, pero en los próximos años contará con 13.000 vecinos menos.
Mas habría que hacer la precisión de que el aumento tan notable de la población extranjera en la última década ha tenido dos fases bien diferenciadas, ya que entre 2000 y 2005 el incremento de foráneos fue muy alto, pero a partir de 2007 se ralentizó, e incluso en algunos años se ha frenado en seco, debido a que el panorama económico ha disuadido a muchos individuos de salir de sus países para venirse a España, donde el trabajo escaseaba y las oportunidades también.
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