El secretario de Estado de Seguridad estará en Melilla mañana, 14 de diciembre. Lo confirmó ayer en la cadena COPE el delegado del Gobierno, quien aseguró que la agenda de la visita de Ignacio Ulloa será muy completa, incluyendo encuentros con el presidente de la Ciudad Autónoma y los responsables de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, además de un recorrido del perímetro fronterizo.

Abdelmalik El Barkani reconoció la importancia de que el número dos del Ministerio del Interior haya mostrado tanto interés por conocer la realidad melillense en lo que se refiere al hecho fronterizo y a la presión migratoria y, sobre todo, por buscar soluciones. De este interés dan cuenta las conversaciones «casi diarias» que Barkani reconoció mantener con Ulloa o su equipo en los últimos tiempos.

Entre los compromisos del secretario de Estado, estará la visita al perímetro fronterizo, los puestos principales, esto es, los de Farhana y Beni – Enzar, y una reunión de trabajo con los responsables de la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía para conocer los detalles sobre su trabajo, además de otras citas que están aun por cerrar.

También habrá un encuentro con el presidente Juan José Imbroda, con quien, recordó Barkani, el Gobierno suscribirá un convenio para emprender mejoras infraestructurales en la frontera y compartir bases de datos, convenio que requiere un repaso de los detalles y demuestra la cooperación entre la Administración central, la periférica y la local.

El delegado también señaló que la ocupación del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) sigue siendo elevada, situándose cerca de los 900 internos. Aunque se trabaja contra la saturación efectuando salidas semanales hacia los centros de internamiento de extranjeros o centros de acogida de la Península, lo cierto es que el hecho de que los intentos de entrada no cesen empaña las perspectivas de reducir el número de residentes. Preguntado por si la presión migratoria ha descendido, el popular recordó que esta misma semana entraron catorce personas a bordo de una patera y que otras tantas lo intentan a menudo a través de la valla, aunque estas últimas ven sus intentos frustrados por la colaboración de la gendarmería marroquí y por una vigilancia desde España donde «nunca se baja la guardia».