Londres marca pauta: la etnia blanca ha dejado de ser mayoría
La Vanguardia, , 12-12-2012Las cifras del censo anunciadas ayer en el Reino Unido reflejan la marca indeleble de la globalización y muestran un país cada vez más demográficamente diverso, menos cristiano, más ateo, menos blanco, con más desigualdades sociales, más parados, más inquilinos y menos propietarios. Tanto la extrema derecha como los numerosos sectores de conservadores y laboristas reticentes a la inmigración no han tardado en poner el grito en el cielo. “Vamos a la deriva, tenemos que hacer algo si no queremos traicionar nuestras tradiciones, nuestras raíces y nuestra historia”, ha dicho un portavoz del fascista Partido Nacional Británico.
El cuestionario del censo, que se realiza una vez por década y es obligatorio para todos los residentes en el país, fue respondido por veintiséis millones de hogares de Inglaterra, el País de Gales e Irlanda del Norte. Londres se ha convertido en la primera zona metropolitana donde los blancos (3,7 millones, un 45% de la población) son minoría respecto a los ciudadanos de otras etnias (4.5 millones, un 55%). Esas cifras representan un considerable vuelco respecto a las del 2001, cuando el primer grupo constituía un 58% del total.
Paralelamente, y en la misma línea, el número de personas nacidas en el extranjero ha aumentado tres millones (hasta 7,5 millones) en los últimos diez años, con la mayoría de nuevos residentes procedentes de dos antiguas colonias asiáticas que ya estaban muy representadas en la paleta demográfica como India y Pakistán, y de Polonia. Que ciudadanos de la UE puedan vivir y trabajar legalmente en el Reino Unido ha hecho el país más rico y cosmopolita, pero es motivo de profunda irritación para un amplio sector de los blancos británicos, sobre todo de clase trabajadora, que acusan a los extranjeros en general –y a los europeos del Este en particular– de arrebatarles los empleos.
Un 13% del conjunto de habitantes del Reino Unido ha nacido en el extranjero, y los cambios demográficos se deben mayoritariamente a la inmigración, según las conclusiones de la Oficina Nacional de Estadísticas. Los cambios son igual de significativos en el campo de la religión, donde el número de personas que se declaran cristianas (33,2 millones, un 58%) es un 13% menos que en el 2001, mientras que el de individuos ateos o sin filiación religiosa se ha doblado de 7 a 14 millones. “Somos una sociedad cada vez más laica, en la que la fe juega un papel menos y menos importante en la vida cotidiana y en la identidad de la gente”, comenta el sociólogo Frank Finney. En Irlanda del Norte la demografía juega a favor de los católicos, un 1% más en los diez últimos años hasta constituir un 45% de la población, mientras el número de protestantes ha descendido un 5% y se sitúa en el 48%.
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