Contradicciones locales
El Correo, , 11-12-2012Si bien la población de Ermua, en principio, muestra posiciones abiertas y tolerantes ante la diversidad cultural, cree, en gran parte, que los elementos comunes sobre los que asentar las normas de convivencia en la villa son las costumbres y tradiciones autóctonas.
Según un estudio realizado por el Laboratorio de Investigación en Inmigración, Begirune, de la UPV, la mayor parte (un 83,6%) de los ermuarras entiende que el esfuerzo para compartir una mejor convivencia debe ser compartido, pero sus respuestas a otras preguntas realizadas en la encuesta de este estudio son contradictorias con esta afirmación, ya que indican que se trata de «un esfuerzo compartido y descompensado, ya que se cree que son las personas inmigrantes las que deben llevar la mayor parte del peso de la integración y la buena convivencia».
La posición de la población de Ermua es similar a la que mantiene el conjunto de los habitantes de Euskadi, que creen que «la presencia de otros grupos étnicos enriquece la vida cultural de Euskadi». Son un 48,6% los ermuarras que piensan así.
Además desde Ermua se estima que las prácticas religiosas de los inmigrantes no ponen en peligro nuestro estilo de vida, (en un 60,5%). Por último, la población ermuarra es partidaria de que las personas extranjeras deban abandonar las prácticas de su religión o cultura que entren en conflicto con la legislación (65,7%).
En estos aspectos la opinión de los habitantes de Ermua es similar a la que mantiene el conjunto de la población vasca. Ahora bien, el 58,4% piensa que las personas autóctonas no deben esforzarse por conocer y adaptarse a algunas costumbres y tradiciones de las personas inmigrantes.
Por otra parte, un 89,1% de los ermuarras cree que las personas inmigrantes deben esforzarse en adoptar las costumbres y tradiciones de los autóctonos. Se trata de una cifra superior a la que se recoge en el conjunto de Euskadi.
De hecho, la población de Ermua es favorable a que existan elementos culturales comunes, con mayor intensidad que en el conjunto de la población vasca. Hay muchos más partidarios de que se hablen las lenguas del país de acogida (80,3%) que detractores (9,4%). En este caso la diferencia con la población vasca es enorme, superando en más de 30 puntos los partidarios en Ermua del uso común de una lengua o lenguas.
Compartir tradiciones
Con respecto a la conveniencia de compartir las mismas costumbres y tradiciones, la opinión en Ermua sigue la misma línea y son mayoría quienes están de acuerdo con la cuestión, superando en cerca de 20 puntos el apoyo que se le da en el conjunto de la población vasca.
Lógicamente son más uniformadoras las personas de más edad, con menor formación, católicas, jubiladas o amas de casa de ideología centro – derecha y con menor relación con personas inmigrantes. Son más asimilacionistas las personas más jóvenes, con mayor formación, no católicas, de ideología de izquierda, personas activas o estudiantes y con mayor relación con personas extranjeras.
Pese a estas opiniones desde Ermua no se cree que la llegada de personas inmigrantes contribuya en la pérdida de la identidad propia.
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