Que Marruecos maneja las
llaves de la inmigración clandestina
hacia España está claro.
El reino alauí se ha convertido
en los últimos años en el
gendarme de Europa y, según
cifras comunicadas ayer por
la agencia oficial Maghreb
Arabe Presse (MAP), en los
últimos cinco años ha rescatado
a 6.500 indocumentados en
alta mar y ha arrestado a
otros 23.000 en su territorio.
Es la respuesta marroquí al
presidente andaluz, José Antonio
Griñán, quien dudó la
semana pasada de la eficacia
de los controles marroquíes y
sus dispositivos de rescate y
consideró que, «si pretende
que esas aguas sean suyas por
razones de pesca, también deben
serlo a la hora de socorrer
a las víctimas».
El presidente andaluz criticó
la negativa de Marruecos
de dejar entrar en su territorio
a 17 supervivientes del naufragio
de una patera en el que
murieron al menos 14 inmigrantes.
Sólo admitió a uno
de los subsaharianos, el que
se encontraba en peor estado
de salud, después de que interviniera
la diplomacia española.
Los rescates marroquíes
contrastan con los realizados
por Salvamento Marítimo español,
que, en los últimos cinco
años, ha auxiliado a 35.168
sin papeles en el mar