Miembros del equipo de Criminalística de la Guardia Civil examinan ayer uno de los cadáveres del naufragio
Marruecos se negó a auxiliar a los náufragos: «¡Fuera, no los queremos!»
Sólo después de gestiones diplomáticas, accedió a hospitalizar al herido más grave
El Mundo, , 27-10-2012Otros nueve
cadáveres
llegan a la
costa marroquí
Almería / Granada
Después de su negativa inicial a
auxiliar a los náufragos,Marruecos
pareció recapacitar y cambió
su política de ayuda humanitaria.
Los cadáveres de nueve subsaharianos
ahogados ingresaron ayer
en el Hospital Mohamed V de Alhucemas,
donde fueron acogidos
también tres heridos y una mujer
en avanzado estado de gestación.
Según explicó a Efe el doctor
Mohamed Uddish, director regional
de Sanidad, todo parece indicar
que los rescatados proceden de
dos pateras diferentes que se hundieron
en alta mar cuando iban
rumbo a España. Una se trataría
de la zódiac que localizaron el jueves
por la tarde los servicios de rescate
españoles. Salvamento Marítimo
sacó entonces del agua 14 cadáveres
y 18 supervivientes.
Otra sería una patera en la que
viajaban, al parecer, 51 personas y
que fue rescatada ayer cerca de las
costas de Marruecos por una patrullera
de ese país, en un operativo
en el que también participó SalvamentoMarítimo.
Había 49 supervivientes,
de los cuales 36 eran
hombres, 12 eran mujeres y también
había un bebé. Según indicaron
fuentes de Salvamento Marítimo
a Europa Press, se rescataron
también los cadáveres de dos personas
que fallecieron durante la
travesía.
En opinión de Uddish, nueve
muertos y dos de los heridos, así
como la mujer embarazada, proceden
de esta segunda patera, pero
remitió a las autoridades marítimas
para conocer más detalles. Sin
embargo, ninguna otra fuente marroquí
informó sobre este segundo
naufragio en su país.
23 fallecidos
Con estos nuevos datos, ascienden
a 23 personas las fallecidas en el
mar de Alborán, entre la región española
de Granada y lamarroquí
de Alhucemas.
Uddish explicó que los tres subsaharianos
heridos recibieron los
primeros auxilios y se encuentran
fuera de peligro, mientras que la
mujer, en avanzado estado de gestación,
permanece en situación estacionaria
y podría dar a luz de un
momento a otro.
Por otro lado, Salvamento Marítimo
rescató a otros 18 inmigrantes
en aguas del Estrecho.
Primero localizó a los nueve
ocupantes de una embarcación
hinchable a la deriva a cinco millas
al suroeste de Tarifa (Cádiz),
todos ellos subsaharianos varones
mayores de edad. Poco después,
a cuatro millas al sureste
de Tarifa, fue localizada otra patera
también con nueve subsaharianos
varones.
Viene de primera página
Los equipos de rescate españoles
acababan de sacar delmar a 18 supervivientes
y 14 cadáveres y, como
el tiempo corría en su contra, pidieron
desembarcar en el puerto más
cercano, el de Alhucemas. Pero el
citado individuo, que se identificó
como general de la Armada marroquí,
se negó a dejarles pasar, según
informaron a ELMUNDO fuentes
de toda solvencia.
Mientras uno de los supervivientes
se debatía entre la vida y la
muerte, hubo que activar a toda
prisa el engranaje diplomático. Una
llamada delMinisterio de Asuntos
Exteriores a Rabat consiguió desbloquear
la situación.
Marruecos accedió finalmente a
dejar desembarcar sólo a uno de los
supervivientes, el que se encontraba
más grave. Los otros 17 inmigrantes
subsaharianos tuvieron que volver
por donde habían venido. Tampoco
se aceptó ningún cadáver. Así que
Salvamento Marítimo llevó a todos a
Motril (Granada) en una travesía
que duró seis horas.
Allí se realizaron las autopsias de
los cadáveres (todos fallecieron ahogados)
y se recogieron muestras genéticas
para identificarlos. Siete
cuerpos fueron enterrados sin nombre
en el cementerio local. De los supervivientes,
16 se quedaron en el
Centro de Recepción Temporal de
Inmigrantes (Ceti) y una mujer embarazada
ingresó en el hospital.
ONG como Andalucía Acoge,
Asociación Pro Derechos Humanos
de Andalucía, ELIN, Sos Racismo y
Migroup denunciaron ayer el proceder
deMarruecos, «al no aceptar hacerse
cargo de los náufragos». El
país vecino esgrime que su normativa
impide hacerse cargo de cadáveres
o supervivientes que no seanmarroquíes
o no estén embarcados en
naves marroquíes. Pero lo cierto es
que el naufragio se produjo en aguas
en que las tareas de vigilancia y rescate
son de su competencia.
De hecho, los gendarmes del país
vecino ayudaron precisamente el
jueves, a pocas millas de la patera
naufragada, a otra embarcación con
60 personas a bordo que, esta vez sí,
fueron trasladadas a Alhucemas.
Fuentes de la Guardia Civil indicaron
que «existe la duda» de que la patera
fotografiada a la 1.20 horas del jueves
con la cámara de visión nocturna
del avión de Frontex fuera, en realidad,
la rescatada por Marruecos y
no, como se creyó en un principio, la
zódiac que auxilió España.
Según el timing de la operación de
rescate, facilitado a este periódico
por el Instituto Armado, a las 17.00
horas del miércoles un familiar de
uno de los ocupantes de la patera informó
de la salida de la embarcación.
Inmediatamente partió un
avión de Salvamento Marítimo que
estuvo dando vueltas hasta las 21.00
horas «sin encontrar nada».
A la 1.20 horas del jueves, el avión
maltés de Frontex localizó y fotografió
una patera (aún se investiga cuál
de las dos era); a las 4.50 horas, en la
costa de Alhucemas,Marruecos rescató
la embarcación con 60 ocupantes;
a las 7.30 horas, salieron el helicóptero
y las lanchas de rescate de
Salvamento Marítimo y la Río Miño
de la Guardia Civil; a las 14.38 horas,
España localizó la zódiac y se inició
el rescate.
Uno de los supervivientes aseguró
que en la zódiac viajaban 71 personas,
por lo que aún quedarían cerca
de 40 desaparecidos en el mar. Otras
fuentes apuntan a que habría sólo
tres desaparecidos.
Según laGuardia Civil, la búsqueda
de los cuerpos prosiguió ayer en
aguas españolas, aunque no en
aguas marroquíes, ya que las autoridades
de ese país no solicitaron colaboración
española.
En la resolución de esta nueva crisis
de pateras han participado los ministerios
de Fomento, Exteriores e
Interior, así como la Delegación del
Gobierno en Andalucía.
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