Los dilemas éticos preocupan a veces más a los facultativos que la elección del tratamiento adecuado al paciente. Factores como las imposiciones de la ley, el choque de culturas, las nuevas tecnologías o cómo comunicar malas noticias formaron parte del debate que se puso sobre la mesa de las VI Jornadas de Comités de Ética Asistencial de la Región, celebradas en el hospital Los Arcos.

«Los principales problemas éticos nos han surgido con los casos graves de niños, siempre es lo más delicado», afirma el presidente del Comité de Ética Asistencial del Área de Salud VIII, en el que se integra Los Arcos, el doctor Francisco Hernández. «Queremos introducir la bioética en la vida sanitaria en estos tiempos convulsos, de cambios, de pesimismos, ya que la ética se basa en principios irrenunciables. No todo vale», explica Hernández.

Sobre el conflicto que encuentra la ética con una realidad asistencial en la que crecen las listas de espera de pacientes, Hernández cree que «cada uno va haciendo sus gestiones para facilitar que esos desajustes se vuelvan ajustes. Nos inmiscuimos, presionamos, animamos y nos llaman para que intervengamos». La exclusión de los inmigrantes de la asistencia sanitaria es una decisión, para el presidente del comité, «indiferente, ya que a nosotros nos da igual si un paciente es inmigrante o no lo es».

Uno de los objetivos de los responsables de la Ética Asistencial es «plantear que se respeten las exigencias de los testigos de Jehová acerca de su negativa a las transfusiones en la medida de lo posible, que los cirujanos no sean tan exigentes». Estos equipos multidisciplinares «se preocupan por la eutanasia, la fecundación in vitro, las células madre o la limitación del esfuerzo terapéutico», señala Hernández. Los informes de los comités, a pesar de no ser vinculantes, pueden despejar dudas sobre la decisión final.