'Sandy' impacta en la recta final de la campaña de EE.UU.

Obama gana entre mujeres y minorías y Romney, entre empresarios y blancos

Se trata de una de las campañas más reñidas de la historia reciente de Estados Unidos

Deia, M. Burgués, 30-10-2012

Washington. En una de las campañas más reñidas de la historia reciente de Estados Unidos, el presidente y candidato demócrata, Barack Obama, pide cuatro años más para culminar una misión que está “a medias” y el aspirante republicano, Mitt Romney, promete un nuevo rumbo para impulsar la economía avalado por su éxito empresarial. El empate entre ambos se ratifica sondeo tras sondeo y, si las proyecciones se cumplen, el que gane el 6 de noviembre lo hará por estrecho margen y poca diferencia de votos en estados cruciales y tradicionalmente indecisos como Florida, Ohio y Virginia.

Obama es el favorito entre las mujeres, los hispanos y los afroamericanos, en tanto que Romney, empresario desde hace décadas y reconocido por su gestión como gobernador de Massachusetts entre 2003 y 2007, lleva ventaja entre los hombres y la mayoría blanca del país. Los estadounidenses opinan, según las encuestas, que Romney está más capacitado para gestionar la economía, la principal preocupación ciudadana, pero Obama está mejor considerado cuando se trata de asuntos sociales y política exterior. Las diferencias más pronunciadas entre los dos candidatos tienen que ver con “la salud, las guerras en curso, la política migratoria y asuntos de género como los derechos reproductivos y la igualdad salaria”, explica Susan Burgess, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad de Ohio. Obama ha asegurado que si logra quedarse otros cuatro años en la Casa Blanca, pondrá en marcha la reforma migratoria así como una sería de iniciativas para reactivar la economía que se resumen en más gasto en educación, más empleos en el sector manufacturero, menos dependencia del petróleo extranjero y más impuestos a los ricos.

Romney también tiene su propio plan para que la economía estadounidense se recupere de la peor crisis desde la Gran Depresión, basado en reducir el tamaño del Gobierno y el gasto público, excepto el destinado a defensa, y en rebajas de impuestos para los ciudadanos y las corporaciones.

En las últimas semanas, el candidato republicano se ha mostrado moderado en asuntos como la inmigración o el aborto, en contraste con su imagen de firme conservador durante el largo proceso de las elecciones primarias republicanas, que comenzó en enero y quedó sentenciado en mayo cuando se aseguró matemáticamente la candidatura de su partido.

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