Las condiciones económicas cambian el paso de los alaveses, cada vez más apurados por la crisis
La percepción de la realidad muda el optimismo de una sociedad desmovilizada La población cada vez está más envejecida, la inmigración se atenúa y los nuevos modos se imponen en las familias
Diario de noticias de Alava, , 23-10-2012Vitoria. La situación actual, que es la que define los usos, costumbres, anhelos y temores de la sociedad alavesa, no es, en términos generales, ni parecida a la que se vivía hace apenas cinco años. El incremento de un paro que, por momentos se desboca, los efectos de la crisis y de las nuevas regulaciones laborales, que han generalizado los ERE y precarizado aún más los empleos, han logrado que la percepción de la realidad sea, cuanto menos, pesimista. No en vano, el porcentaje de familias que cree que su situación ha empeorado es del 42%, y un 27% directamente valoran su situación vital como mala. Todo un apunte en el que la situación económica aparece como catalizadora de una nueva realidad social, con una provincia envejecida, más conservadora, menos movilizada y con mayores problemas económicos derivados, en gran medida, en la pérdida de peso del empleo industrial en detrimento del sector servicios, y del repunte del desempleo.
Dadas las circunstancias, parece evidente que la actual situación ha provocado la redefinición de la radiografía que muestra la morfología del vecino de este territorio histórico. Sobre el particular, ya hay un estudio base, elaborado por el Instituto vasco de Estadística (Eustat), que da una serie de claves. Entre ellas, las que alertan del repunte del conservadurismo social debido a la desaceleración económica y al estancamiento y al progresivo envejecimiento de la población. En este clima se están consolidando otra serie de modificaciones de estricto perfil social, como la reducción del tamaño medio de las familias (ahora, compuestas por 2,6 miembros de media, y con estructura cada vez más heterogénea) o la proliferación de los matrimonios civiles, que ya son mayoría.
Todo ello dibuja sobre el mapa sociológico del territorio histórico varias realidades. Por una parte, la tradicional. Por otra, la que deviene de las últimas modificaciones y que deriva en comportamientos concretos, como la desmovilización social. Al respecto, desde el Instituto vasco de Estadística se revela que la expresión del capital social en términos de participación cívica y política se ha transformado en escasa, con promedios por debajo de dos en una escala de 0 a 10. Sin embargo, hay perfiles que no han mudado su incidencia, como el recurso de la familia y red de amigos como colchón ante las adversidades.
La familia
Mantiene su papel de colchón ante las adversidades
De hecho, la población alavesa mantiene un elevado nivel de sociabilidad. La familia continúa siendo un referente principal en las interacciones sociales y en los hábitos de vida. Según las encuestas, un 96% tiene relaciones con la familia y el 88% las califica de intensas. Cuenta la población con una red media de alrededor de 22 personas entre familiares y amigos (red amplia) de las que una docena constituye la red próxima.
Todas estas consideraciones encuentran refrendo en los datos del llamado Informe Socioeconómico de la Comunidad Autónoma de Euskadi, una suerte de herramienta coordinada por Cristina Lavía y Felipe Serrano capaz de dar las pinceladas básicas para dibujar la situación social de los alaveses de hoy en día. En principio, las evidencias del estudio y de la realidad, aquélla que deviene de un simple paseo por las calles y plazas de pueblos y ciudades, determinan conclusiones demoledoras.
Situación económica y demografía
Mayor conservadurismo
El temor ante la coyuntura económica se ha convertido en hilo conductor de una nueva percepción de la realidad alavesa. No en vano, cada vez hay más vascos sin empleo y el número de trabajadores afectados por ERE se ha duplicado en los siete primeros meses del año, situándose en niveles próximos a 2009, el peor año para el empleo de toda la crisis. El pesimismo, en cualquier caso, no sólo deriva de un mercado de trabajo exhausto. También se refleja en estadísticas que avanzan que el mercado inmobiliario se ha restringido de manera evidente. Así, por ejemplo, en el conjunto de Euskadi únicamente 14 fincas registraron cambios en sus condiciones por cada cien mil habitantes, una de las cifras más bajas de todas las comunidades autónomas, según la Estadística de Hipotecas del Instituto Nacional de Estadística (INE). Junto a todo ello, otro dato puramente descriptivo. El saldo migratorio del territorio histórico en 2011 con una ganancia de 3.704 personas disminuyó un 5% respecto al observado en el ejercicio anterior. Es decir, Álava ha perdido atractivo, incluso, para los inmigrantes.
Sea como fuere, los análisis demuestran que, con una población estabilizada en poco más de dos millones de habitantes, la CAV es una de las sociedades con mayor esperanza de vida (85 años para mujeres y casi 78 para hombres). Esta circunstancia implica una estructura demográfica con más personas mayores de 64 años (19%) que menores de 21 años (17%). Y eso, a la larga, se puede convertir en una fuente de problemas, sociales y económicos. No en vano, podrían llevar a episodios de ausencia en el relevo generacional en las clases productivas o en la gestión de las futuras pensiones, por ejemplo.
Inmigración
La crisis ralentiza y atenúa la llegada de extranjeros
El dato es claro. La llegada de inmigrantes se ha ralentizado. Según el citado trabajo, la ligera recuperación de la natalidad y la fecundidad que se han producido en los últimos años tienen mucho que ver con uno de los retos presentes: las consecuencias de la inmigración (casi 142.000 personas en la CAV). La composición de este contingente está sufriendo algún reajuste puntual, pero sigue predominando el perfil de mujer latinoamericana éstas constituyen una cuarta parte del contingente de foráneos. Y, pese a los nubarrones que ocultan el panorama de la recuperación económica, los inmigrantes que conviven con los alaveses esperan quedarse. De hecho, desde el Eustat se confirma que hay datos de que 73,4% de los extranjeros piensa quedarse en Euskadi a largo plazo.
Desigualdades de género
Ellas trabajan más en casa y siguen ganando menos
El informe incluye específicamente un análisis de las evidencias disponibles sobre desigualdades de género, desde las más impactantes, como es la violencia de género contra las mujeres (4.285 victimizaciones de mujeres en la CAV en 2010), hasta las más comunes como una diferencia de renta media de 11.000 euros entre hombres y mujeres (2006), unas tasas de actividad de casi 15 puntos porcentuales inferiores entre las féminas (2011) o la diferencia de dedicación diaria media a tareas del hogar, que se mantiene en una hora y 19 minutos para los hombres frente a tres horas y 25 minutos para las mujeres (2008).
Desigualdad
Crecen las diferencias entre pobres y ricos
Según los datos que maneja la Coordinadora de ONGD de Euskadi, el riesgo de pobreza o exclusión afecta ya a más del 19% de la población, uno de cada cinco vascos. Por si fuera poco, el 1,3% de los ciudadanos de la comunidad acumula a día de hoy un patrimonio superior a los 37.500 millones de euros, números aportados por la plataforma Zero Pobrezia, lo que equivale al 44,4% del PIB de Euskadi. A juicio de esta plataforma, “las instituciones económicas están marcando el rumbo de las políticas de ajuste social, que en la práctica están suponiendo un aumento del desempleo, la precariedad, la exclusión, la discriminación de las mujeres, el retorno de políticas autoritarias y restrictivas frente a la libre circulación de las personas o el olvido de los compromisos adquiridos contra la pobreza en los países empobrecidos y en nuestras sociedades”.
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