Miguel Marín confesó ayer que el Gobierno autonómico está «preocupado e inquieto» por los dos días consecutivos de entradas clandestinas de inmigrantes de origen subsahariano a la ciudad, hechos ante los que tendió su mano a la Delegación del Gobierno para ayudar en todo lo posible.

El vicepresidente primero de la Ciudad Autónoma reconoció que todo lo que preocupa a los melillenses es motivo de preocupación para su Gobierno, como es el caso de la «inquietud» general que causan los tres saltos de valla que han realizado con éxito más de un centenar de inmigrantes en algo menos de 48 horas.

Si bien tendió su mano y la de todo el Ejecutivo para dar solución a este problema, Miguel Marín considera que es el delegado del Gobierno quien tiene que determinar cómo atajarlo y explicar las medidas que van a tomarse en el perímetro fronterizo, tal y como hizo Abdelmalik El Barkani en una rueda de prensa inmediatamente posterior a la comparecencia del dirigente autonómico.

Lo que sí reiteró Marín es su compromiso para ayudar en lo que se precise y su opinión sobre el fenómeno migratorio irregular, del que no culpa a quienes, «desesperados, buscan un mundo mejor para ellos y para sus familias», sino a las mafias que se aprovechan de su desgracia para hacer negocio traficando con ellos. Contra dicha red de tráfico con seres humanos es contra la que hay que luchar a juicio del popular. En cuanto a los protagonistas de los saltos, no pudo más que mostrar su comprensión por la huída que emprenden de sus países de origen en busca de oportunidades.

Finalmente, y como ya hiciera un día antes el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, recordó la necesidad de que las autoridades marroquíes colaboren para evitar que estos saltos de valla se sigan repitiendo.