Agentes de EE.UU. justifican la muerte de un menor por atacar con piedras desde México

Un testigo asegura que era imposible que las «rocas» alcanzaran a la patrulla, mientras el «niño cayó muerto al instante»

ABC, manuel m. cascantecorresponsal en méxico, 13-10-2012

Tirar piedras a la autoridad suele salir caro. En Madrid puede costar unos cuantos porrazos. En la frontera de México con EE.UU., unos cuantos tiros. Con el menor muerto este miércoles, son ya tres las personas fallecidas desde julio en territorio mexicano por disparos de los agentes de la Patrulla Fronteriza, que en todos los casos han justificado las balas como respuesta a las pedradas lanzadas por las víctimas.

José Antonio «N», un joven de 16 años, moría en Nogales (Sonora) por disparos de un agente de la «Border Patrol hechos desde la otra orilla del río Grande, en Nogales (Arizona). El menor, junto con otras personas, presuntamente había pasado varios paquetes con droga hacia el norte; pero, al verse descubiertos, huyeron hacia su país, desde donde lanzaron piedras a los agentes.

Éstos sacaron sus armas y mataron al chaval, que quedó tirado en plena calle, apenas a diez metros de la línea internacional.

En un comunicado, la Patrulla Fronteriza en el sector de Tucson confirmó que uno de sus agentes disparó contra un grupo de sospechosos que habían abandonado un cargamento y los atacaron con piedras, después de advertirles que no lo hicieran. «Uno de los sospechosos parece haber sido herido», dice el informe.

En México, agentes de las policías Municipal y Estatal encontraron al joven boca abajo, con una decena de heridas producidas por proyectil de arma de fuego en la espalda que le habían quitado la vida. Otros tantos impactos de bala eran visibles en una fachada cercana.

Un testigo presencial narró al diario «Excélsior» que «los “morros” (niños) les arrojaron piedras a los “migras” (agentes migratorios) desde este lado de la frontera. Ni al caso que las rocas hubieran llegado hasta allá, pero ellos sí dispararon a través de la reja y el niño cayó muerto al instante».

La Cancillería mexicana ha condenado enérgicamente el incidente y presentado una protesta diplomática en la que demanda claridad al país vecino sobre las acciones concretas adoptadas para atender lo que califica como un «serio problema bilateral».

Exteriores asegura que el uso desproporcionado de fuerza letal en el ejercicio del control migratorio «es inaceptable bajo cualquier circunstancia».

El Consulado General de México en la Nogales estadounidense remitió una comunicación oficial a las autoridades locales en la que solicitaba «una investigación exhaustiva, oportuna y transparente, que sea llevada hasta sus últimas consecuencias y derive en todas las sanciones que correspondan».

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