Un magistrado alaba las «cualidades estéticas» de una testigo inmigrante
La Verdad, , 12-10-2012Abdón Díaz Suárez, en su despacho. La foto es de archivo. :: I. SÁNCHEZ
La testigo estaba realmente de muy buen ver. Y el presidente de la Sala, por muy magistrado que sea, no pudo resistirse a lanzarle un piropo, que de un piropo se trató, por muy elegante que éste fuera. El curioso hecho, probablemente inédito en la historia más reciente de los tribunales murcianos, se produjo ayer, después de que prestara declaración una testigo, una mulata nacida en la República Dominicana, que se vio obligada a declarar sobre una reyerta ocurrida en el local de copas de Mula en el que trabajaba.
Al término del interrogatorio por parte del fiscal y del abogado de la defensa, el presidente de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Murcia, Abdón Díaz Suárez, se dispuso a despedir a la testigo, y lo hizo destacando en primer lugar el «castellano muy musical» de la mujer, a lo que siguió, para sorpresa de los asistentes a la vista oral, una referencia a las «grandes cualidades estéticas» de la inmigrante.
La curiosa escena se produjo, como se ha señalado, después de que la testigo, W.M.P., diera su versión de lo ocurrido en el bar en el que trabajaba como camarera, en diciembre de 2011, cuando un hombre perdió parte de un dedo en una pelea. Fue entonces cuando Díaz, conocido por la humanidad, comprensión y delicadeza con la que se dirige a cuantos participan en los juicios que preside, en ocasiones incluso a los acusados, dejó constancia de que «hemos oído un castellano muy musical, un castellano caribeño, y desde esta posición debo señalar también que tiene usted unas grandes cualidades estéticas, lo que le digo para que si alguna vez escucha comentarios racistas no los tenga en cuenta».
No se quedó ahí el magistrado, quien también tuvo frases encomiásticas para el hombre que resultó herido, Teodomiro F., nacido en Ecuador, al manifestar éste que renunciaba a la indemnización de 2.000 euros que pedía el fiscal. «Soy padre de familia, como el acusado, y no quiero ocasionarle ningún problema», se explicó la víctima.
Ante el gesto del perjudicado, Abdón Díaz afirmó que «en ocasiones nos encontramos con inmigrantes , como usted, con un corazón circundado de generosidad».
Tras las declaraciones de los testigos, exculpatorias para el acusado, J.P., la fiscal del caso, que inicialmente pedía una condena de cuatro años, dijo que los hechos no estaban probados, lo que, en la práctica, supone la solicitud de absolución.
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