Andalucía / integración

El Ejido pasa del odio al amor

Doce años después de los disturbios raciales, un estudio revela que nacionales e inmigrantes tienen «ganas de integrarse»

ABC, raquel pérez, 11-10-2012

El asesinato de Encarnación López, de 26 años, el 6 de febrero de 2000 en el mercado de Santa María del Águila (El Ejido) a manos del marroquí Lesbir Fahim, de 22 años, marcó un antes y un después en la historia del municipio almeriense de El Ejido. El crimen colmó el vaso de la paciencia de los vecinos y desató el mayor episodio de racismo registrado en España.

El odio a la comunidad inmigrante se extendió en progresión geométrica, hasta el extremo de que en algunos puntos la convivencia entre ciudadanos de distintas nacionalidades generaba continuos conflictos. Sin embargo, el roce hace el cariño y por extraño que parezca la barriada ejidense de Las Norias de Daza, uno de los núcleos de población de la Comarca del Poniente que más extranjeros aglutina (el 60% de sus residentes), es referente en integración. Nacionales e inmigrantes tras aislarse del prisma de los sucesos de 2000 han llegado a la conclusión de que están condenados a entenderse y llevarse bien, puesto que unos necesitan de los otros y viceversa.

El estudio Convivencia social e intercultural en territorios de alta diversidad realizado por la Obra Social La Caixa, en el que han participado 17 poblaciones del país, revela que el 91% de los entrevistados en Las Norias de Daza considera positivas las relaciones con personas de otras culturas. La mitad advierte de que estos contactos interculturales se desarrollan de forma fluida. No obstante, todo no podía ser favorable y un 7,5% de los encuestados defiende que estas relaciones tienen lugar en un «clima de recelo y tensión».
El estudio revela que el que el 50% de las personas entrevistadas reconocen vivir en convivencia

El trabajo ha sido dirigido por Carlos Giménez, catedrático de Antropología Social de la Universidad Autónoma de Madrid, que precisa que se trata de «una encuesta innovadora sobre convivencia y no sobre inmigración». El estudio ha revelado como otro dato significativo el que el 50% de las personas entrevistadas reconocen vivir en convivencia. Y es que, la media nacional se sitúa justo a la mitad, es decir, al 25%. Además, el 41% de los vecinos de esta barriada ejidense habla de coexistencia, frente al 19% de la muestra general, y sólo el 7,5% detecta hostilidad entre culturas, cifra que contrasta con el 19% cosechado en el total de las entrevistas del estudio a nivel nacional.

Además, tres cuartas partes de los sondeados valora como «buena o muy buena» la presencia de personas de otras nacionalidades en su pueblo. Además, tanto autóctonos como foráneos tienen un gran sentimiento de arraigo por su localidad, hasta el punto de que el 65% de los encuestados continuaría viviendo en Las Norias, aunque tuviera la oportunidad de marcharse a otro sitio, y otro 11% se trasladaría a otro barrio de El Ejido. Son todos estos datos los que llevan a Giménez a concluir que «Las Norias de Daza queda en primer lugar en cuanto a convivencia, pese a que parece ir contra todo pronóstico», aunque, como reconoce, aún queda mucho trabajo por hacer para alcanzar una convivencia intercultural plena.

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