La Guardia Civil rescató en la madrugada de ayer, junto a las escolleras de Trápana, a un grupo de inmigrantes que había caído al mar. Los agentes, que localizaron la embarcación un poco antes de las dos de la mañana, encontraron a todos sus ocupantes en el agua. Entre ellos había un bebé, de unos 8 meses, que ya había perdido la vida cuando fue rescatado por la Guardia Civil. De hecho, el 061 tampoco pudo hacer nada por él y certificó su muerte por ahogamiento.

El médico forense será por orden judicial el que determine finalmente, mediante la correspondiente autopsia, tanto la edad real del bebé como las causas exactas de su fallecimiento. Junto al bebé, viajaban en la patera nueve adultos varones, tres mujeres y un menor. Salvo el bebé fallecido y las tres mujeres, que necesitaron de asistencia médica en el Hospital Comarcal, los adultos y el menor llegaron en buen estado y fueron trasladados al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes. Sólo el menor quedó a disposición de la Policía Local para ser trasladado a uno de los centros dependientes de la Ciudad Autónoma.

De las mujeres asistidas en el Hospital Comarcal, una tuvo que ser ingresada en la UCI. Ayer se encontraba estable y evoluciona favorablemente, por lo que en breve será trasladada a la planta de Medicina Interna. Las dos restantes permanecieron en observación y fueron dadas de alta a primera hora de la mañana.

El delegado del Gobierno lamentó en un comunicado la trágica muerte del bebé y subrayó, una vez más, la necesidad de proteger a los inmigrantes de la actuación despiadada de las mafias que trafican con seres humanos poniendo en serio riesgo sus vidas.

Abdelmalik El Barkani lamenta además que en esta ocasión el destino del bebé haya sido tan trágico y diferente al de la joven madre embarazada que junto a su hijo fue rescatada de las aguas próximas al litoral melillense por el cabo Ferrón de la Guardia Civil.

Como señaló el delegado del Gobierno, lamentablemente la inmigración irregular no tiene nunca una cara amable, sino que normalmente queda a merced del despiadado destino que marcan las mafias que trafican con los inmigrantes, como ha sucedido con esta última patera que naufragó antes de alcanzar la costa melillense y poder ser auxiliada por la Guardia Civil.