El drama de la inmigración volvió ayer a mostrarse en toda su crudeza. El naufragio de una patera a unas 25 millas al sureste de Alicante dejó un balance trágico. Uno de los tripulantes pereció ahogado y otros dos desaparecieron en medio de un fuerte oleaje. Los nueve jóvenes restantes que navegaban en esta precaria embarcación, entre los que podría haber cuatro menores de edad, tuvieron más suerte y fueron rescatados antes de ser engullidos por el mar.

De este grupo, uno tuvo que ser trasladado a un hospital al presentar síntomas graves de hipotermia e hipoglucemia, según fuentes de Cruz Roja. Otros dos exhibían un cuadro físico similar aunque en menor grado y fueron evacuados a un centro médico

Las alarmas saltaron sobre las once y media de la mañana, cuando los ocupantes de un yate avistaron a un joven en medio del agua que trataba de mantenerse a flote desesperadamente. Una vez a bordo, el náufrago contó que la patera en la que navegaba junto a otras once personas, como él de origen magrebí, se había hundido sobre las nueve de la mañana.

Salvamento Marítimo y la Guardia Civil activaron de inmediato uno de los dispositivos de rescate más importantes que se recuerdan desde que los cayucos comenzaron a alcanzar la Costa Blanca.

El Helimer, un helicóptero de la primera de estas instituciones, evacuó al náufrago hasta el aeropuerto de El Altet, desde donde fue trasladado al Hospital General de Elche con síntomas de hipotermia.

Patrulleras del Instituto Armado y de Salvamento Marítimo siguieron rastreando el mar en busca de los demás inmigrantes. No obstante, fue un buque de la Armada francesa que se encontraba realizando maniobras el que avistó al grupo de supervivientes en torno a las dos y media de la tarde.

Los náufragos se mantenían a flote como podían, agarrándose unos a otros, exhaustos tras cinco horas de lucha denonada para no irse al fondo. Los militares galos lanzaron al agua un barco auxiliar y sus buzos socorrieron a cinco de ellos.

Cuando la Salvamar Polaris de Salvamento Marítimo alcanzó el punto de avistamiento, tres jóvenes seguían a la deriva, dos de ellos ya al límite de sus fuerzas, a punto de desfallecer y rendirse. Paralelamente, los servicios de emergencias descubrieron el cadáver de otro tripulante, que fue evacuado por aire hasta el aeropuerto de El Altet.

Sin embargo, dos inmigrantes seguían desaparecidos, según el testimonio de sus compañeros. Su búsqueda activa se prolongó hasta la caída de la noche, que obligó a los medios aéreos y a las embarcaciones a retirarse a base sobre las ocho y cuarto. Las labores de rastreo debían reanudarse hoy al amanecer.

Los rescatados, por su parte, llegaron al puerto de Alicante a bordo de la Salvamar Polaris pasadas las cinco de la tarde. Muchos iban semidesnudos y recibieron ropa, agua y alimentos de manos del personal de Cruz Roja.

Sus caras de sufrimiento delataban la epopeya que acababan de protagoniza en un mar con marejada. Todos eran jóvenes, algunos casi imberbes.

Cuatro de ellos aseguraron ser menores de edad, aunque ese dato tenía que ser confirmado con posterioridad mediante las pertinentes pruebas radiológicas. Los supervivientes relataron que llevaban navegando tres días. La de ayer es la tercera que alcanza las costas de Alicante este mes. Todos los tripulantes de las dos anteriores, 25, sobrevivieron a la travesía.

Un portavoz de Salvamento Marítimo, que cuenta con una base en el Puerto de Alicante, fue ayer tremendamente gráfico al ser preguntado por un grupo de periodistas sobre el rescate. «Han tenido mucha suerte. A dos de ellos los hemos sacado en el último momento, cuando empezaban a ahogarse. Algunos han vuelto hoy a nacer». Por su parte, el director provincial de Socorros y Emergencias de Cruz Roja Alicante, Manuel Rodríguez, explicó que la mayoría de los rescatados se encontraba bien de salud, aunque con índices bajos de glucosa.