Imbroda pide la intercesión de la Virgen de la Victoria para ayudar a inmigrantes y parados
Diario Sur, , 09-09-2012El presidente de la Ciudad ha agradecido a la Virgen de la Victoria «la paz que ha reinado durante todo el año» y pidió «por los melillenses enfermos, para que tengan alivio y compasión, también por aquellos que sufren la lacra del desempleo y por los inmigrantes , por esos seres que, en su desesperación, persiguen vivir en un mundo mejor a costa de lo que sea». En el transcurso de la misa celebrada en honor a la Patrona Coronada y Alcaldesa Perpetua de Melilla, Juan José Imbroda también pidió la intercesión de la Virgen de la Victoria «para que los melillenes sigamos practicando la tolerancia, el respeto, la paz y la convivencia en una ciudad plural como señal y fundamento de nuestra vida diaria». De igual modo, entendió que era necesario recordar a todos aquellos que se dedican a la gestión pública «para que nos ilumines y nos des la sensatez y humildad sufientes para poder seguir trabajando en hacer una Melilla más justa, más próspera y más solidaria».
Arrodillado frente a la imagen de la Patrona, el presidente le ofreció su trabajo, empeño e ilusión, así como el de todo su equipo de Gobierno «para que, día a día, entre todos, podamos hacer un poco mejor a esta bendita ciudad».
«Crear» felicidad
La misa estuvo oficiada por el vicario episcopal, Roberto Rojo Aguado, quien remarcó que la sociedad asiste a un cambio del mundo y de Melilla. «Nos quejamos mucho porque hay crisis, porque no hay trabajo para todos, porque ya no cobramos tanto, nos preguntamos qué es lo que haremos cuando no cobremos la paga de Navidad, pero estoy seguro de que esto es una señal para que cambiemos nuestra actitud de vida». Convencido de que, «desde lo poco», tenemos que empezar a compartir, el vicario episcopal insistió en que la palabra victoria no tiene que estar relacionada con ganar batallas o ser los mejores, sino a crear felicidad en todas aquellas personas que nos rodean.
Cuando a punto está de cumplir su primer año en Melilla como vicario episcopal, Roberto Rojo Aguado reconoció que ha vivido y compartido acontecimientos extraordinarios. Los ha experimentado compartiendo sus pensamientos con miembros de otras religiones, «porque entre todos podemos crear una sociedad en la que podamos compartir». Con el objetivo de seguir acercándose a los que tienen un credo diferente, invitó el vicario episcopal a todos los presentes a hacer «una gran historia». «Puede que no salgamos en la primera plana de los periódicos, pero es posible que, dentro de cien años, Melilla sea reconocida como el germen de que diferentes religiones puedan vivir juntas, compartir su fe y alabar a Dios».
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