«Corre, corre, cuidado con la policía...»
El Mundo, , 06-09-2012Un grupo de una veintena de subsaharianos lo gritaba ayer a mediodía «corre, corre, cuidado con la policía» cuando recorrían, a paso ligero y tapando sus rostros con camisetas y chaquetas, la ruta que lleva a la ciudad de Oujda. Eran algunos de los clandestinos expulsados ilegalmente el martes por Marruecos, que desde el desalojo de Isla de Tierra ha ejecutado redadas contra inmigrantes por varias ciudades de todo el país. «Yo sí que estuve en Isla de Tierra, en Alhucemas», aseguraba uno de los jóvenes, que se apresuraba a acceder de nuevo a la ciudad después de haber sido expulsado a Argelia. En la entrada de Oujda, conseguían subir a un autobús por la puerta trasera. No era casualidad. Era el 25, uno de los que conducen hasta el campus universitario. Allí les esperaban algunos de los jefes que organizan los campamentos de la Facultad, por nacionalidades. Alguien les había prevenido de su llegada. Y para que quedara claro que en ese territorio impera su ley, recibieron a los periodistas a golpe de piedra. No quieren medios de comunicación. «¿Para qué nos sirve vuestra presencia a nosotros? ¿En qué va a beneficiarnos?», interpelan a los fotógrafos y redactores. En el campus, la entrada para el occidental ayer era complicada. Entre un gran revuelo, la llegada de expulsados por Marruecos a la frontera era constante. No en vano, en los últimos días el reino alauí ha detenido a cerca de 300 subsaharianos en todo el país y los ha abandonado en tierra de nadie, según la Asociación Marroquí de Derechos Humanos. Ayer era día de recuento de los heridos y de reorganización de los campamentos, que se convirtieron en un hervidero de gente. Cada uno de los recién llegados tenía que ubicarse con el grupo de su nacionalidad. Organizaciones humanitarias pudieron acceder al interior del campus para dar asistencia médica a las decenas de inmigrantes heridos o en mal estado de salud tras las redadas y el desalojo de Isla de Tierra.
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