Madrid- Han hecho falta dos días de «intensos contactos», pero ayer por la noche España alcanzó un «principio de acuerdo» con Marruecos para repatriar a los 81 inmigrantes de la Isla de Tierra, según fuentes diplomáticas. Todo apunta a que el citado grupo de ilegales que llegó en dos tandas al islote español (a 30 metros de la costa marroquí) será repartido entre los dos países, informa Efe. Desde el Ministerio de Exteriores que dirige García-Margallo se insistió en que la letra del acuerdo aún no está cerrada e hicieron hincapié en la colaboración del régimen de Mohamed VI.

Hasta el momento, los inmigrantes que permanecen en el islote, han recibido comida y mantas de parte de la dotación militar que custodia el Peñón de Alhucemas y al que pertenece la Isla de Tierra. Diez de estos «sin papeles», entre ellos ocho menores de edad y dos mujeres, fueron trasladados anoche a Alhucemas.

La llegada de inmigrantes desde Marruecos a los islotes bajo soberanía española es un fenómeno relativamente reciente que ha cogido por sorpresa al Gobierno español. El goteo comenzó el pasado tres de mayo, cuando una patera con seis inmigrantes alcanzó la Isla del Congreso, en Chafarinas. El Ministerio de Interior anunció dos meses después desde Melilla el envío de una dotación extra de la Guardia Civil para proteger la zona, pero nunca llegó a producirse.

Margallo aseguró ayer en rueda de prensa que los intentos de saltar la valla de Melilla y la llegada de ilegales a los islotes respondían a una «operación coordinada» de las mafias que trafican con seres humanos. El presidente de Melilla, Juan José Imbroda, fue más allá y aseguró que se trata de una fórmula para «hacer presión» y para que los que son más débiles y vulnerables sirvan de «escudo humano». Añadió que hay que ser «contundente», ya que, de lo contrario, el islote sería la entrada a Europa de «millones y millones» de personas.

Mientras el Gobierno asegura cada vez que tiene oportunidad que la relación con Marruecos es «excelente», algunos analistas consideran que la maniobra de desviar la inmigración hacia los islotes es parte de una estrategia de Rabat para «testar» a España. Se trataría de ver hasta dónde está dispuesto a llegar el Gobierno por defender la soberanía de unos islotes que Marruecos no ha reconocido nunca como españoles. La próxima Reunión de Alto Nivel (RAN) entre los dos países tenía que haberse celebrado el doce de septiembre, pero fue retrasada al tres de octubre por «problemas de agenda» de Mohamed VI. Todavía hoy, en Rabat se duda de que la cumbre bilateral se celebre en la fecha prevista.