Los gobiernos de España y Marruecos alcanzaron ayer un principio de acuerdo para evacuar a los 81 inmigrantes que permanecen en el islote de Tierra y distribuirlos entre ambos países. Los 81 inmigrantes , llegados en dos grupos la semana pasada a esta isla, situada en el archipiélago de Alhucemas, permanecían allí ayer a la espera de una solución. Su presencia coincidió con dos nuevos intentos de asalto de inmigrantes a la valla fronteriza que separa Melilla de Marruecos.
El principio de acuerdo alcanzado entre los ministerios españoles y marroquíes de Interior y de Asuntos Exteriores pasa por sacar del islote a los inmigrantes que están acampados. El pacto supondría un reparto de los inmigrantes subsaharianos entre ambos países, aunque la proporción todavía no está fijada.
El Gobierno español agradece la intervención del rey Mohamed VI para solventar esta situación. Hasta ayer, 81 personas estaban en el islote en una situación de indefinición marcada por los problemas humanitarios. Soldados españoles comenzaron a suministrarles comida y agua.
Entre los inmigrantes subsaharianos del islote se encontraban también tres menores de edad, que inicialmente iban a ser trasladados ayer mismo a Melilla, pero sus padres decidieron que se quedaran en la acampada.
La madrugada de ayer, unas 160 personas intentaron en dos ocasiones superar el perímetro fronterizo. Entre cinco y diez de los inmigrantes consiguieron llegar al otro lado de la valla y eludir el control policial. No obstante, la Guardia Civil pudo contener a la mayoría de ellos con la colaboración de fuerzas auxiliares de Marruecos.
La delegación del Gobierno en Melilla cree que los intentos de saltar la valla fronteriza de esta ciudad autónoma y las llegadas masivas a islotes de soberanía española responden a “una operación coordinada” de las mafias que trafican con seres humanos.
Antes de que se conociera el acuerdo entre España y Marruecos, el presidente de Melilla, Juan José Imbroda, señaló que las mafias que se dedican al tráfico de inmigrantes utilizan a los más vulnerables –niños y mujeres embarazadas– como “escudos humanos” para conseguir sus objetivos de lucrarse. Imbroda destacó la colaboración del Gobierno de Marruecos para frenar la presión migratoria sobre la valla de Melilla.
Imbroda se mostró partidario de mantener una posición “firme y contundente” contra la entrada en España de quienes lleguen a los islotes, ya que, de lo contrario, esa vía sería la entrada a Europa de “millones y millones” de inmigrantes subsaharianos.
El Gobierno también quiere evitar que esas mafias crean que han hallado nuevas vías para el envío de inmigrantes a territorio español. El Ejecutivo pretende impedir que la estrategia tenga un efecto llamada difícil.
Desde mayo, fecha en la que se registró la primera llegada de una patera a un islote, en Chafarinas, han sido más de 200 los inmigrantes que se han valido de esta nueva ruta para intentar pasar a España. Hasta el 29 de agosto, a todos los que habían llegado a Chafarinas se les había trasladado a Melilla o a la Península.