Los gobiernos de Madrid y Rabat se repartirán a los casi 90 subsaharianos que desde el 29 de agosto se han ido instalando en Isla de Tierra, un islote de soberanía española situado junto a Alhucemas, según el principio de acuerdo logrado ayer entre ambos países. Este compromiso prevé la distribución de los ‘sin papeles’ entre España y Marruecos, aunque sin determinar el porcentaje que corresponderá a cada país, un aspecto que ha quedado abierto para próximas negociaciones.

Según fuentes gubernamentales, el pacto contempla también el compromiso del reino alauita de buscar un sistema de seguridad para evitar que nuevos inmigrantes subsaharianos puedan llegar desde su territorio a Isla de Tierra u otros islotes de soberanía española. Estas mismas fuentes expresaron su agradecimiento por el papel que ha jugado el rey de Marruecos, Mohamed VI, en la búsqueda de una solución al problema.

La colaboración de Rabat es imprescindible para frenar el flujo de de inmigrantes indocumentados, según reconoció ayer el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García – Margallo. En una comparecencia con el presidente del opositor Consejo Nacional Sirio, Abdelbasset Seida, el titular de Exteriores explicó que «a los dos gobiernos nos interesa que estas situaciones no sucedan». El principio acuerdo para desbloquear este caso parece haber sorteado las reivindicaciones territoriales del país vecino, que, al igual que con Ceuta y Melilla, no reconoce la soberanía española sobre el archipiélago de Alhucemas.

García – Margallo denunció, además, una operación coordinada de las mafias de tráfico de personas que operan en la costa norteafricana y que han hallado en las plazas españolas un acceso fácil para introducir a los inmigrantes en suelo español. El ministro de Exteriores también avanzó que ha puesto en conocimiento de la UE el aumento de la presión migratoria desde Marruecos en estos puntos, ya que, según apuntó, el control de las fronteras es una competencia comunitaria.

Mientras se materializa el principio de acuerdo, los ‘sin papeles’ del islote de Tierra esperan a la intemperie y bajo un intenso calor a que se resuelva su situación. El Ejecutivo se ha resistido a su traslado a Melilla o a un centro de internamiento de extranjeros y prefería su retorno a Marruecos para evitar un efecto llamada. No obstante, el ministro insistió en que la guarnición militar destacada en el peñón de Alhucemas está prestándoles asistencia humanitaria. De hecho, ocho menores y dos mujeres fueron trasladados anoche a este peñón desde Tierra. Ayer mismo, la valla que separa la frontera entre Marruecos y Melilla sufrió un nuevo intento de asalto masivo por unos 160 inmigrantes en dos tandas consecutivas. Una decena logró su objetivo.