Una avalancha de inmigrantes ocupa un islote español frente a Marruecos
El Correo, , 03-09-2012La presión migratoria vuelve a poner a prueba las relaciones con Marruecos y a cuestionar la soberanía española de los peñones en el Estrecho de Gibraltar. La llegada de otros 68 inmigrantes – entre ellos tres menores – en las últimas horas a la isla de Tierra eleva a 81 el número de personas que permanecen en el diminuto islote del archipiélago de Alhucemas y situado a menos de cien metros de la costa marroquí. El Gobierno admite que la situación es «delicada» y acusa a las mafias de aprovechar «la fibra humanitaria» para abrir rutas de entrada ilegal al territorio español.
«Se trata de una acción perfectamente coordinada y orquestada por parte de las bandas que trafican con seres humanos», explicó el delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik El Barkani. «Las pretendidas nuevas vías de acceso a territorio español de inmigrantes irregulares no pueden estar al servicio de las mafias que negocian sin pudor con seres humanos», añadió. Y es que el Ejecutivo está convencido de que la mayor vigilancia en los tradicionales puntos de entrada, como en las vallas fronterizas de Ceuta y Melilla, ha obligado a estos grupos a cambiar su ‘modus operandi’ y buscar lugares más accesibles.
La prueba de ese cambio en las rutas de las mafias se refleja en los movimientos cerca de estos peñones de soberanía española, pero muy próximos a Marruecos en los últimos meses. Desde mayo, doce pateras han llegado a estos deshabitados islotes. El protocolo fija que una vez localizados, las fuerzas de seguridad españolas deben trasladar a los ‘sin papeles’ al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes en Melilla o, si está colapsado, a la Península. Sin embargo, el pasado miércoles, tras la llegada de otra patera con 19 inmigrantes, el Gobierno modificó su actuación. Solo trasladó a Melilla, a más de cien kilómetros de la isla de Tierra, a seis personas: tres bebés, dos madres de los menores y una embarazada. Al resto de los inmigrantes se les dio asistencia humanitaria, es decir, algo de comida y unas mantas. Una decisión que no evitó la nueva oleada.
El Barkani justificó la medida para evitar que los peñones españoles se conviertan «en una especie de puente aéreo» de entrada a España. El Ejecutivo sabe que si recoge a los inmigrantes, la mayoría subsaharianos, deberá trasladarlos a Melilla o a la Península, lo que podría generar un efecto llamada que España desea evitar. Sin embargo, dejar a casi un centenar de personas abandonados en un islote de soberanía española tampoco es una solución. El Ejecutivo es consciente y ha activado resortes diplomáticos. La clave, una vez más, vuelve a ser Marruecos. Fuentes del Ministerio del Interior aseguran que buscan una solución conjunta con las autoridades del país vecino.
De hecho, los ministros del Interior y de Asuntos Exteriores y Cooperación, Jorge Fernández Díaz y José Manuel García – Margallo, respectivamente, se pusieron ayer mismo en contacto con sus homólogos marroquíes para iniciar un canal de comunicación que continuará los próximos días y con el que pretenden combatir la actividad de las mafias que se lucran con estos movimientos migratorios.
También en la valla de Melilla
Por otra parte, la Guardia Civil tuvo que repeler en la madrugada del domingo el intento de asalto a la valla de Melilla, a la altura del Río de Oro, de un grupo de unos 60 inmigrantes. La colaboración de las fuerzas de seguridad marroquíes resultó fundamental para neutralizar la operación, según la delegación de Gobierno. La acción casi coincidió en el tiempo con la ocupación de la isla de Tierra. Un ejemplo más para el Ejecutivo español de la coordinación y planificación existente en estas mafias y que, según El Barkani, requiere «una mayor implicación de la UE» para abortar el tráfico de seres humanos.
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