El presidente de la Ciudad ha querido dejar bien claro que la actual presión migratoria que sufre Melilla «no tiene nada que ver» con la que se vivió en el 2005 con las famosas avalanchas, y que, por lo tanto hay una «diferencia abismal y notable». Juan José Imbroda ha explicado el giro que se ha dado en la política de Exteriores e Interior desde entonces. A la falta de colaboración en aquel año de Marruecos, de la Unión Europea y del Ejecutivo Socialista contrapone el popular la cooperación y las buenas relaciones que a día de hoy se mantienen con el país vecino así como la implicación del equipo de Gobierno de Mariano Rajoy.

Asegurando que los escenarios «son completamente distintos», Imbroda recuerda que ahora las entradas más numerosas las protagonizan grupos de 40 inmigrantes frente a los cientos que llegaban en 2005.

En este contexto, el presidente del Ejecutivo local ha insistido en destacar el cambio de comportamiento que ha tenido Marruecos. Recuerda que las autoridades marroquíes han perdido a un agente de sus Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que prestaba servicio en la frontera e intentaba impedir la llegada de indocumentados a la ciudad y señala también como están desmantelando los asentamientos levantados en las proximidades de Melilla. Este hecho, apunta, difiere de la situación que se vivió en el tiempo de avalanchas cuando él mismo criticó la «pasividad» del Gobierno Socialista quien, a su entender, debería haber exigido más compromiso de un país aliado y amigo que no estaba colaborando.

El popular señala que el desbordamiento que sufrió Melilla por aquellas fechas hizo que el Gobierno central «sacara al Ejército a la calle» para reforzar los servicios que se prestaban en la frontera. Apunta también que incluso la Unión Europea tuvo que convocar una comisión para tratar de negociar y hablar con el país vecino ante la necesidad de que existiera una mayor cooperación entre las Fuerzas de Seguridad de ambos países. Sin embargo, a juicio de Imbroda, aún faltaba más implicación. Sin embargo, sostiene que ahora no tendría ninguna razón de peso para reprochar «nada a nadie».

Así las cosas, y ante las críticas realizadas por el Partido Socialista como consecuencia de la actuación y política que se está llevando a cabo la formación popular en materia de inmigración, Imbroda ha señalado que el PSOE «puede decir lo que quiera aunque esté soltando disparates constantemente».