Una oleada de robos atemoriza a los vecinos de Font d'En Corts

Las Provincias, ISABEL DOMINGO | VALENCIA., 21-08-2012

Los vecinos de la zona de Font d’en Corts, situada junto al bulevar Sur, la Fonteta y la Ciudad de las Artes y las Ciencias, vuelven a pasar las noches en vela. Una nueva oleada de robos tiene atemorizados a los residentes de esta zona, especialmente a los propietarios de las alquerías de la huerta, que se preguntan a quién le tocará el próximo asalto.

Las últimas víctimas han sido los dueños de una vivienda de la Alquería Real, que han visto cómo los ladrones desvalijaban su hogar este fin de semana. «La semana pasada nos fuimos al pueblo a pasar unos días. El sábado volvimos a casa para echar un vistazo, regar las plantas y hablar con los vecinos. Como siempre, dejamos una luz encendida pero no sirvió de nada», relata Amparo Mocholí, la propietaria de esta vivienda.

El domingo por la mañana recibían la llamada de una vecina, que al salir a pasear observó cómo la reja de la ventana de la cocina estaba arrancada. «Cuando vi de quién era la llamada, imaginé lo que había pasado. Sabíamos que podía suceder porque los robos son continuos en la zona», detalla Amparo todavía asustada, mientras su esposo habla por teléfono con el cerrajero.

Sin embargo, a pesar del aviso del allanamiento de su casa, no esperaban encontrarse un escenario como el que ayer por la mañana todavía podía observarse, pues los agentes de la Policía Científica todavía no habían acudido. Cajones en el suelo, armarios vaciados, muebles movidos de lugar, la despensa de la cocina destrozada… Hasta los cajones del baño habían sido revueltos, sólo los libros del salón y los cuadros del recibidor permanecían en su sitio.

Según explica Jesús, el marido de Amparo, «se han llevado todo lo que es vendible de forma rápida, además del dinero que teníamos en casa». En concreto, cinco televisores, un dvd, trajes, perfumes, joyas y bisutería, bolsos «y las sábanas de las camas, que probablemente utilizarían para cargar los objetos». De hecho, una de las colchas permanecía olvidada en el jardín, enganchada en un arbusto.

Los ladrones accedieron a la vivienda por la ventana de la cocina, cuya reja fue arrancada utilizando un gato y un tablón para forzar la rotura de los ocho anclajes. Este procedimiento es similar al que emplearon los asaltantes a la iglesia de San Isidro el pasado mes de julio, cuando la parroquia, situada también en una zona aislada, sufrió el segundo asalto en apenas cinco meses.

En el caso de la vivienda de la Font d’En Corts, todas las ventanas y puertas tienen rejas pero «no han servido de nada», apunta Amparo Mocholí. Esta medida, la de colocar rejas o vallas en las alquerías y también en algunos campos, ha sido adoptada por la mayoría de los vecinos de Font d’En Corts, debido a los continuos robos en la zona. Al igual que la contratación de sistemas de vigilancia, como cámaras y alarmas.

Más vigilancia policial

Para el presidente de la asociación de vecinos de Font d’En Corts, Vicente Tomás, «no es lógico que tengamos que adoptar todas estas medidas para protegernos ni que tengamos que vivir con miedo». A este robo le han precedido muchos otros en la propia carretera En Corts y «en algunas casas hasta cuatro o cinco veces ya y con inquilinos en su interior».

Por ello, los vecinos no descartan organizar patrullas de vigilancia por las noches para ahuyentar a posibles ladrones. Ya lo hicieron el invierno pasado, cuando los cacos robaron el cobre del alumbrado público y dejaron la pedanía a oscuras. «No tenemos bastante ayuda de la policía. Necesitamos más vigilancia policial por la noche y más contundencia. Si ellos no lo hacen, lo haremos los vecinos», afirma el presidente vecinal.

Aunque hay patrullas policiales en la carretera de acceso desde el bulevar Sur, los residentes reclaman más presencia en los caminos que conducen a la huerta. Asimismo, lamentan que no se intensifique la vigilancia en varias casas del Camí de Roch habitadas por gente de pocos recursos e inmigrantes. «La policía nos dice que no puede hacer nada porque algunos de ellos están alquilados», lamenta Vicente Tomás.

Sin embargo, los vecinos de Font d’En Corts sospechan que esas mismas personas son las que vigilan cuando entran y salen de sus casas. «No hay más que ver todos los objetos que tienen acumulados en el patio y cómo llenan un contenedor que tienen próximo. Eso no sale de rebuscar en la basura», concluyen.

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