La Guardia Civil ha intensificado la vigilancia en el perímetro fronterizo de Melilla tras las entradas de inmigrantes que se produjeron en la noche del pasado sábado. Según informaron fuentes policiales, se ha reforzado la zona en la que se produjeron los asaltos, en las compuertas hidráulicas del Río de Oro, por donde accedieron más de 60 inmigrantes de los 450 que protagonizaron dos tentativas en apenas unas horas.

Durante la noche del domingo al lunes, un helicóptero sobrevoló la línea fronteriza, una medida disuasoria frente a posibles intentonas, que han arreciado tras finalizar el Ramadán. Además, el pasado 15 de agosto llegaron a Melilla 18 agentes de los Grupos de Reserva y Seguridad para controlar la valla y también con motivo de la Operación Paso del Estrecho.

Decenas de personas ‘sin papeles’ se concentraron ayer ante la Jefatura de Policía de Melilla para realizar trámites administrativos antes de pasar al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI). La instalaciones albergan ya a 750 personas, casi 300 más que su capacidad. De momento, a los inmigrantes que asaltaron la valla el sábado hay que sumar más de 20 que fueron trasladados a Melilla un día después y un grupo que había llegado al Peñón de Alhucemas en una patera con 41 personas a bordo.

La plaza africana asistió el pasado fin de semana a los peores incidentes desde la crisis de 2005. La Delegación del Gobierno pidió que se aproveche la próxima reunión de alto nivel entre España y Marruecos, prevista en septiembre, para abordar «la inaplazable lucha contra las mafias ilegales (…) que están explotando nuevas vías de acceso al territorio español a través de los peñones y archipiélagos de soberanía nacional más próximos a la costa marroquí».