Las correrías de ‘Rey’ traen de cabeza a la Policía local de Galdakao. Con tan solo dos años, este american pitbull terrier ha sido ‘fichado’ por los agentes en más de una ocasión, pero sus fechorías siguen impunes. Y es que las multas impuestas a su dueño, un joven rumano, continúan en la recámara al no conseguir dar con él en su domicilio habitual de Bilbao.

La dura ordenanza reguladora de la tenencia de animales en este municipio vizcaíno no parece tener un efecto disuasorio suficiente para que el can – y su propietario – se comporten. Su primer encontronazo con las autoridades se produjo el 6 de julio del año pasado. Entonces, una llamada alertó a la guardia urbana de la presencia de varios vehículos y un perro de raza potencialmente peligrosa suelto en el merendero junto a la presa de Aranzelai.

La sorpresa de los agentes fue mayor cuando, personados en el espacio de recreo, comprobaron que el pitbull, que vagaba sin bozal ni sujeción, carecía también de chip identificador. Además, su dueño, Catalin Ion Stan, tampoco tenía la licencia para tener una mascota de esas características. En aquel momento, aseguró a los agentes estar tramitándola – algo que pudieron corroborar meses después, al volverse a ver las caras – y que el veterinario le había dicho que la identificación todavía no se podría activar.

Paradero desconocido

Pero los tropiezos de ‘Rey’ con la Policía Municipal estaban lejos de terminar. La notificación de las multas no pudo llevarse a cabo puesto que no encontraban a su propietario. Estaba en ‘paradero desconocido’. Las cuantías, que se cobrarán «por vía ejecutiva» y a las que se sumará un recargo del 20%, eran abultadas, aunque se le aplicaron los conceptos mínimos.

De salida, se enfrenta al abono de al menos 3.275 euros. Por carecer de licencia, una infracción muy grave, el responsable del animal deberá abonar 2.637 euros, cifra que en su horquilla más amplia podría dispararse hasta los 16.482. Por otros dos incumplimientos graves – dejarle suelto o no haber adoptado medidas necesarias para evitar su escape o extravío, así como no llevarlo identificado – , cada multa es de 319 euros, aunque en algunos casos puede elevarse hasta 2.637. De hecho, desde que se realizó un registro municipal de perros peligrosos en 2006, el Ayuntamiento de Galdakao recaudó por este tipo de acciones en los tres primeros años 11.000 euros, provenientes de trece sanciones por infracciones como la ausencia de chip y licencia.

Pese a que no se haya podido cobrar el dinero por encontrarse Catalin Ion Stan ilocalizable, el pitbull reapareció de nuevo en la localidad hace apenas dos meses. El 6 de mayo, a las 15.48 horas, un ciclista que paseaba por la misma zona, Aranzelai, alertó por teléfono a los agentes de que un perro suelto se había abalanzado sobre él, si bien no llegó a alcanzarle.

Cuando los policías llegaron al escenario de la denuncia, el dueño estaba alejado del can, aunque en esta ocasión sí que presentó la licencia y el animal llevaba el chip. Al tener consideración de raza potencialmente peligrosa, y como los hechos son constitutivos de infracción administrativa grave por no llevar puesto el bozal, el Ayuntamiento ha abierto un nuevo expediente sancionador.