Este verano, un regalo por la cara

Deia, C. Lago, 02-08-2012

Bilbao

A medio camino entre un proyecto romántico – poético y una campaña de marketing mal pagada, pero siempre con la idea de despertar ilusión entre la gente, el Komando Opari, nombre de guerra de estos activistas de la fantasía, dejará desde mañana, día 3 de agosto y hasta el próximo 3 de setiembre, pequeños regalos en las calles, playas, tabernas, en el metro o en cualquier plaza del País Vasco. Obsequios anónimos que durante un mes regarán la geografía vasca de ¡oh! sorpresa.

“Queremos que la gente experimente qué siente si un día vuelve de darse un baño en la playa y encuentra sobre sus deportivas, sobre sus chanclas o sobre su toalla un regalo, un detalle de alguien que no conoce y que lo deja para sorprenderle”, explica Iñigo Iraultza, Iru, alma máter de la idea, junto a su quimérico equipo todoterreno. “Nos hemos propuesto llevar a cabo esta iniciativa para entregar algo a la gente de forma desinteresada y para ver qué sensación les produce”, añade este actor, que, en su papel de nieto de Olentzero, ha sembrado ya medio mundo de utopías.

De esta forma, Olentzero y su talde recalan ahora en Euskadi después de haber viajado durante los dos últimos años por América y África con su cargamento de regalos. “Lo curioso de esta propuesta es que aúna a gente de todo tipo, desde el nieto del Olentzero, jóvenes y amomas, hasta varios carteristas que se han unido al grupo para hacer la acción contraria a la que venían haciendo, en vez de robar, regalar”, señala con humor Iñigo Iraultza, Iru, refiriéndose a los integrantes del comando.

Así, dan un giro de tuerca al proyecto Arraun the world que les ha llevado por medio mundo entregando cientos de regalos, juguetes, móviles, fotos e incluso videomensajes. Encarnado en un joven bilbaino, de nombre Iru, provisto de zurrón, patinete y remo, ha llevado la fantasía a lugares remotos. Para Iñigo Iraultza, Olentzero Munduan “es una idea que nació de la necesidad por facilitar la comunicación, acercamiento y unión entre personas que, por circunstancias de la vida, se ven obligadas a estar lejos. Mediante un acto simbólico hemos pretendido unir continentes a través de los sentimientos que las personas se regalaban y que nosotros nos encargamos de transportar”. El delegado de esta misión tan especial es conocido como el nieto del Olentzero, que ahora abre su ámbito de actuación, y después de cruzar desiertos, selvas y mares, fondea en casa.

Y es que el proyecto Arraun the world ha abarcado países como Cuba, Miami o México en una primera etapa realizada durante 2010. El año pasado intentó unir nuestra tierra y sus gentes con el norte del continente africano, haciendo paradas y dejando su paquetería de urgencia por Marruecos (Tánger, Beni Mellal, Ouarzazate, Mseran, Alnif…), Sahara, Mauritania y, finalmente, Senegal.

Para llevar a cabo esta aventura africana se recopilaron abundantes mensajes (desde dibujos, fotos, cartas o vídeos) y regalos (pulseras de hilo, cajas de pinturas, ropa… ) que las diferentes comunidades (marroquí, senegalesa y vasca) querían enviar a sus familias o a cualquiera que viviera allí. Así, durante mes y medio, el mítico carbonero viajó a dedo, andando, en burro, en patinete o en camello con los regalos que las comunidades de inmigrantes enviaban a sus países de origen.

“La idea surgió porque soy actor y en una ocasión hice de Olentzero, me disfrazaron, me montaron una caseta y muchos niños inmigrantes me entregaron su cartas. En el sobre de un chaval senegalés había además cromos y dibujos y me quedó una sensación extraña, de trabajo incompleto”, relata el álter ego de Iñigo, Iru. “Pensé que Olentzero debía viajar por todo el mundo”, y con este pensamiento empezó a fraguar su singladura. Una singladura en la que ha estado omnipresente un remo cargado de poderes extraordinarios que ha dado nombre a la iniciativa, Arraun the world y que ahora se dejará ver por Euskadi.

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