Liberada una chica de 14 años a la que su madre prostituyó
Lucha en Madrid por controlar el negocio que dominaba el capo ‘Cabeza de Cerdo’
El Mundo, , 23-06-2012El terreno está libre para hacer negocio,
y los proxenetas lo saben. La
última operación policial contra las
mafias de trata de seres humanos
ha destapado la guerra que hay en
el polígono Marconi y otras zonas
de Madrid por hacerse con la herencia
de Ioan Clamparu, alias Cabeza
de Cerdo, que controlaba la
prostitución de rumanas en la capital
hasta que le sentenciaron a 30
años de cárcel.
Ayer se hizo pública la última
operación realizada por los agentes
de la Ucrif (Unidad Contra las
Redes de Inmigración y Falsificación,
perteneciente a Extranjería y
Fronteras), en la que se ha arrestado
a siete personas. Lo más relevante
es que se ha liberado de su
situación de esclavas sexuales a
cinco mujeres, de las que una tiene
sólo 14 años y otra 16.
El polígono deMarconi, en la zona
de Villaverde, estaba controlado
durante los últimos años por un subalterno
de Cabeza de Cerdo llamado
Dorel Inocentiu. Dorel, también llamado
el señor del polígono, pagaba
una comisión a su superior por poder
ejercer el proxenetismo en la zona,
y trataba demanera brutal a las
mujeres. En el territorio de Clamparu
había que pagar para ganarse la
vida, pero eso se ha terminado.
Las bandas que ahora intentan
hacerse con el control de la prostitución
rumana son menos organizadas
que las anteriores, y no se
puede hablar de estructuras criminales
grandes, según fuentes policiales.
Estos grupos intentan montar
sus negocios poco a poco, primero
con dos o tres chicas y después
con más, hasta intentar dominarlo
todo. Sin embargo, hasta ahora ninguno
ha conseguido igualar el poder
de Dorel y Clamparu.
Uno de los que intentaban prosperar
en este territorio es el clan de
los Raducan, los últimos detenidos
a mediados de este mes, que se autodenominaban
la Brigada Negra.
Son una familia compuesta por la
madre, tres hijos varones y la chica
de 14 años que resultó ser la liberada
por la Policía. La investigación,
que ha durado varios meses, ha sido
llevada a cabo por el Grupo VII
de la Ucrif Central y por el Grupo
VI de la Ucrif deMadrid, ambos especializados
en mafias rumanas y
del este de Europa.
Los tres hijos (Ionut, Florin y Rober)
y la madre (Rodica) se dedicaban
a explotar mujeres, y su crueldad
no era menor que la de Dorel
o Clamparu. «Durante días alguna
de las prostitutas dejaba de ir al polígono,
y al volver veíamos que tenía
marcas por el cuerpo», explicó
ayer el inspector jefe de la Ucrif
Central José Nieto.
La familia Raducan tenía explotadas
a un número indeterminado
de entre 11 y 15 mujeres, según
fuentes del caso. Entre ellas estaba
la hija de 14 años de la mujer que
ejercía de madame. Esta banda había
traído a las jóvenes rumanas
engañadas a España, las había metido
en pisos alquilados cerca de
Marconi y no las dejaban nunca solas.
El caso comenzó a investigarse
gracias a la denuncia de un búlgaro
al que uno de los proxenetas robó
el coche. Las jóvenes tenían que
conseguir entre 150 y 180 euros
diarios, y además tenían que robar
lo que pudieran a sus clientes. «Cada
una ha podido hacer ganar a esta
organización unos 25.000 euros
en seis meses», explicó Nieto.
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