El más de medio centenar de inmigrantes subsaharianos que partieron hace dos semanas desde Libia creían que iban a realizar un trayecto corto, que en apenas un día estarían sobre tierra firme, pero las fuertes rachas de viento que azotaban ese día el Mediterráneo los empujó al interior del mar y se llevó consigo sus vidas.

Su destino era la costa italiana, pero al menos 54 de ellos murieron por deshidratación al quedarse sus lanchas a la deriva. Así lo denunció ayer el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. «Solo ha sobrevivido a la tragedia un hombre de origen eritreo», explicó su portavoz, Alexander Aleinikoff.

El superviviente y testigo del drama fue encontrado por varios pescadores tunecinos, agarrado a los restos del bote, en la noche del lunes. De inmediato fue trasladado a un hospital para atenderle de la deshidratación que presentaba y los síntomas de exposición a temperaturas extremas.

El inmigrante relató a ACNUR cómo sucedieron los hechos. Al parecer, partieron desde la capital libia, Trípoli, a finales del mes pasado, un día después ya se acercaban a las costas italianas, pero los fuertes vientos que se originaron empujaron de nuevo la embarcación mar adentro.

Las víctimas, al tratarse de un trayecto corto, no llevaron provisiones de agua. Comenzaron a beber del mar, pero poco a poco fueron pereciendo de sed. Además, la lancha hinchable se agujereó y perdió aire de forma paulatina.