Bilbao. Llegó herido de gravedad a las puertas del Hospital de Basurto y nada se pudo hacer por él. Un joven colombiano de 29 años fallecía en la madrugada de ayer en un quirófano de Urgencias del Hospital de Basurto después de que el lunes ingresara en estado crítico con una herida de bala en el abdomen. El suceso, además, cobra tintes dramáticos cuando trasciende que el joven fue abandonado por dos personas a las puertas del centro hospitalario, adonde había sido trasladado por una furgoneta que más tarde se dio a la fuga sin que haya ninguna pista.

Según confirmó ayer el Departamento de Interior del Gobierno Vasco, la Ertzaintza ha abierto una investigación para esclarecer el suceso, ya que dispone de muy pocas pistas al respecto. En principio, la investigación se centraría en localizar a las dos personas que, alrededor de las 23.15 horas del lunes, trasladaron al joven herido de gravedad; a partir de ahí, la Policía tratará de descubrir qué pasó esa noche y cómo se hirió de muerte al joven colombiano. Los testigos del suceso solo pudieron declarar que dos personas trasladaron en furgoneta al herido; después, los propios servicios médicos actuaron de oficio, como siempre que hay un ingreso con evidencias de violencia, avisando a la Ertzaintza.

La muerte de este joven colombiano eleva a cinco las muertes violentas que la capital vizcaina ha registrado en los últimos cinco meses. El 13 marzo, la lista se abría con el hallazgo de un joven africano degollado en su casa de Otxarkoaga; el 1 de abril, una disputa en la calle Iturribide acababa con un hombre magrebí asesinado; el 25 de mayo, un hombre con graves problemas psicológicos degollaba a una vecina en Deusto; el 3 de junio, un joven de 21 años moría apuñalado en la calle Cortes por una disputa de celos; y, por último, la muerte por disparo registrada ayer.

“Es comprensible que pueda haber una alarma social en Bilbao despertada por los recientes casos de muertes violentas”, comentó ayer César San Juan, subdirector del Instituto Criminólogo del País Vasco. “Pero habría que esperar unos meses para poder considerar estos casos el reflejo de un incremento tendencial de la tasa de asesinatos”, matizó el criminólogo. A juicio de San Juan, hay que “advertir de que se trata de hechos que, al contrario de la violencia machista, no tienen un perfil criminológico común”.

Precisamente, esta misma explicación ofreció en estas páginas el concejal de Seguridad Ciudadana, Tomás del Hierro. Ambos coinciden en que la estadística se cierra al final del año y que la concentración de muertes violentas en esta primera mitad del año puede no ser referente de un despunte de la violencia.