Estrangulan a un médico colegiado en la Región sospechoso de 3 crímenes
La Verdad, , 24-06-2012Andrés Avelino Palomino Barrios, alias ‘El Chino’, de 68 años de edad, apareció el jueves estrangulado en la habitación de alquiler donde vivía, en el valenciano barrio de Patraix. Poco se conoce de este peruano, salvo que era médico, o al menos así consta en un título expedido por una universidad peruana homologado por el Ministerio de Sanidad, colegiado en Murcia y sospechoso de tres brutales crímenes cometidos en Francia en los años 90. La Policía Nacional investiga su misterioso pasado en busca de alguna pista del crimen.
Palomino está colegiado en Murcia desde 2006. Parecía borrado del mapa hasta que en enero de 2011 reapareció en las listas de aspirantes a una plaza de médico interno residente (MIR). Con toda seguridad, sus compañeros de pupitre no saben que estuvieron sentados junto a alguien que a finales de los años 90 fue bautizado como ‘Jack el destripador latino’ por la prensa francesa, después de ser detenido como sospechoso de tres crímenes horrendos en Perpignan. Fue puesto en libertad por falta de pruebas, y emigró a España, donde fue sumando a su currículo todo tipo de acontecimientos increíbles: fue expulsado de un hospital en Burgos, detenido en Almería en 2009 en una operación policial todavía no aclarada y, previamente, pasó por Murcia para colegiarse y presentarse en 2007 al examen MIR. Ganó una plaza en Cartagena como médico de familia, pero la rechazó por fax.
Al cierre de esta edición, no se habían producido detenciones en relación al crimen. La Policía Nacional mantiene abiertas varias hipótesis, pero centra las investigaciones en el turbulento pasado de la víctima. Lo que sí parece claro es que lo mataron cuando estaba solo en su casa, donde convive con una pareja boliviana. También parece que su asesino es alguien conocido, ya que no había puertas forzadas: ni la de la casa, ni la de la habitación de la calle Venezuela donde vivía de alquiler.
Durante el día de ayer, la Policía seguía recabando testimonios entre vecinos y comerciantes de la zona. «Me han enseñado dos fotos con imágenes de un peruano y un colombiano, pero no conozco a ninguno de ellos», explicó una vecina.
La historia de Palomino es rocambolesca y está repleta de misterio. Su atribución de médico se basa en un título expedido por una universidad peruana y homologado por el Ministerio de Sanidad, sin embargo acumulaba varias denuncias por intrusismo e incluso estaba pendiente de juicio por este motivo en Córdoba. En los años 90 el peruano recaló en Francia, donde trató de construirse un futuro laboral en hospitales. En el país galo fue objeto de una veintena de denuncias. Incluso fue inhabilitado tras una condena a 18 meses de prisión en 1996 por práctica ilegal de su profesión. Al parecer, ejerció como pediatra y cirujano sin contar con el título pertinente.
Pero en diciembre de 1997 ya no estaba entre rejas. Trabajaba como cirujano en el Hospital General de Perpiñán (Francia) cuando fue detenido por algo mucho peor: tres crímenes en serie de mujeres, dos de ellas halladas junto a la estación de Perpiñán, cerca de la casa de ‘El Chino’. Las víctimas presentaban heridas y mutilaciones muy precisas, realizadas por un cirujano según las sospechas policiales.
Palomino fue arrestado. La justicia francesa lo dejó en libertad después de seis meses en prisión, al producirse otro crimen similar mientras estaba encarcelado.
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