Ailou Danfak, en la habitación de la vivienda en la que reside desde hace meses, en Cartagena. :: P. SÁNCHEZ

Un millar de extranjeros abandona cada año desde hace cuatro su sueño europeo de trabajo y prosperidad. La población formada por residentes extranjeros se ha reducido en 4.113 personas desde 2009, según los datos del padrón municipal, que acaba de ser modificado para revelar que en el primer semestre de 2012, son 958 personas las que no han regularizado su situación. Fuentes de la Oficina de Estadística del Ayuntamiento indicaron que la inmensa mayoría de ellos son personas que han perdido el trabajo y se han visto obligados a dejar Cartagena para buscarse la subsistencia en otra parte, volver a su país por sus medios o ser repatriados por medio del retorno voluntario.

«Para renovar el empadronamiento tienen que presentar algún tipo de contrato ligado al domicilio que figurará como su dirección. Como han perdido el empleo, muchos de ellos no pueden pagarse un alquiler, ni presentar un contrato de luz, agua o teléfono que acredite cuál es su domicilio y se quedan fuera», indicaron estas fuentes. Esta regularización se hace dos veces al año. Y en los últimos cuatro ha consolidado una tendencia hacia los números negativos. «Cada vez recibimos más peticiones de personas extranjeras que han agotado sus posibilidades económicas y que quieren saber cómo pueden volver a su país», explicaba Mohammed Kebali de Accem. El problema es que no tienen recursos para ello y, en el caso de algunos, que no quieren dejar España con el estigma en su pasaporte de la expulsión, que les impediría volver si las cosas mejoran económicamente en Europa.