Rodney King no estaría en estas páginas si no fuera por los porrazos que le infligieron varios policías en la madrugada del 2 de marzo de 1991. Aquella paliza la grabó un espontáneo en un vídeo que desencadenó los disturbios más graves de la Historia californiana y transformó al joven negro en un insólito icono de la lucha contra la opresión racial.

A King lo encontró muerto ayer en su domicilio su prometida Cynthia Kelly. Una mujer que ejerció como jurado en uno de los procesos judiciales que propició aquella noche fatídica y con la que había anunciado su compromiso en otoño de 2010. La policía recibió la llamada de Kelly en torno a las cinco y media de la mañana y rescató el cadáver del fondo de la piscina. Era demasiado tarde para hacer nada.

King había nacido en Sacramento en abril de 1965. Su padre falleció con apenas 43 años y su madre se vio obligada a sacar adelante a Rodney y a otros cuatro hijos. Un extremo que ayuda a entender la deriva adolescente del joven King, que alternó el alcoholismo con la delincuencia de poca monta.

En la noche de autos conducía borracho, a unos 150 kilómetros por hora, por una carretera de las afueras de Los Ángeles. Al principio se resistió a parar por miedo a que el alcoholímetro le hiciera vulnerar la libertad condicional de la que disfrutaba después de robar una tienda amenazando al dependiente con una barra de hierro.

Al salir del coche, King hizo gestos extraños y una policía lo encañonó. Luego los agentes (todos blancos) la emprendieron con él a patadas y a porrazos y le dispararon varias veces con pistolas paralizantes.

El incidente propició un proceso penal en el que cuatro policías fueron absueltos en abril de 1992. La sentencia despertó la cólera de los afroamericanos y desató los disturbios raciales más sangrientos de las últimas décadas. Se registraron unos 7.000 incendios, fallecieron 54 personas y los daños rozaron los mil millones de dólares.

La violencia se extendió como un reguero de pólvora a ciudades como Atlanta, Las Vegas o San Francisco y despertó un fuerte debate sobre el racismo policial en todo el país. Los policías fueron absueltos en el proceso penal. Pero Rodney King ganó un procedimiento civil y recibió una indemnización de casi cuatro millones de dólares que dilapidó ayudando a su familia, sufragando sus propios vicios y pagando la minuta de sus abogados.

Nunca dejó de ser un juguete roto. Arruinado y en el paro, la policía lo arrestó varias veces por infracciones de tráfico y por violencia de género y su rostro apareció ocasionalmente en dos programas televisivos que dieron cuenta de su lucha infructuosa con las drogas y el alcohol. En abril publicó unas memorias por las que cobró un adelanto de miles de dólares. Pero en una entrevista reciente reconocía que estaba asfixiado por las deudas y que de vez en cuando trabajaba como obrero en la construcción.

Rodney King, icono racial, nació en Sacramento (California, EEUU) el 2 de abril de 1965 y falleció ayer en Rialto (California).