Los fabricantes y mayoristas de artículos pirotécnicos de Catalunya han necesitado varios años para analizar los efectos de la crisis en el sector. En el 2009 sufrieron un duro revés económico, con un descenso del 20% en la facturación. La caída en picado no se repitió en el 2010 ni en el 2011, cuando el descenso quedó en tasas más llevaderas (4% y 5%). Eduard Cunillera, presidente de la Associació de Fabricants i Majoristes de Focs d’Artifici (Afimac), atribuye la brusca caída del 2009 a la desaparición de una clase de «nuevos ricos» que se gastaban pequeñas fortunas en petardos el día de la verbena. El agujero, según los profesionales del sector, se ha paliado gracias a la progresiva incorporación a la fiesta de los inmigrantes, que hacen suya la cita con la pólvora igual que otros festejos como la Semana Santa.

«Los últimos dos años le hemos dado muchas vueltas al tema y hemos llegado a esta conclusión», explica Cunillera. El presidente de Afimac afirma que antes del 2009 había un selecto grupo de clientes que el día de Sant Joan invertían sumas de entre 1.000 y 2.000 euros en petardos. «Estos clientes se perdieron a partir del 2009 y ya no han vuelto. Pero estas grandes ventas se han visto compensadas por muchos otros pequeños clientes procedentes del extranjero, cuyos hijos han hecho suya la verbena», asegura Cunillera.

Rumanos, magrebís, sudamericanos y otros colectivos de inmigrantes también participan de esta celebración, que en los últimos años ha moderado las dosis de pólvora debido a la crisis y a una mayor concienciación sobre los peligros que pueden deparar las hogueras y los fuegos de artificio.

Aun así, Catalunya es la comunidad de España que más gasta en productos de pirotecnia recreativa, es decir, la no profesional. Mucho más que los valencianos durante las Fallas. «Hay que tener en cuenta que Sant Joan es una fiesta muy arraigada en Catalunya y que quien más, quien menos se gasta unos euros en petardos», añade.

VERTIENTE POSITIVA / El próximo fin de semana, los asociados de la Afimac esperan repetir las cifras que obtuvieron el año pasado, con unas ventas mayoristas que se situaron entre los 5 y 6 millones de euros. El presidente de la asociación también destaca que la crisis puede tener a veces una vertiente positiva. «Hay familias que antes aprovechaban estos días para ir al campo o para pasar unos días fuera. Ahora, como las cosas no van tan bien desde el punto de vista económico, igual se tienen que quedar en casa o en su segunda residencia, e invierten en petardos y verbena parte de ese dinero que ya no se gastan», comenta Cunillera.