Una campaña millonaria busca el voto hispano para Obama
El Correo, , 12-06-2012En 2008, los hispanos de EE UU fueron claves para que Barack Obama se convirtiera en el primer afroamericano en llegar a la Casa Blanca. Cuatro años después, las encuestas dicen que están desencantados, como muchos de los grupos que forman las bases de Obama, pero en este caso su apatía se puede localizar geográficamente en Nevada, Colorado y Florida, tres Estados donde los demócratas acaban de invertir 4 millones de dólares (3,2 millones de euros) en anuncios en español para bombardearles con mensajes anti – Romney durante todo el verano.
La estrategia de ambos partidos no es muy distinta, pero cada uno afina el mensaje de acuerdo a su público. Cuando Obama dijo el viernes que «al sector privado le va bien», los republicanos explotaron rápidamente esa frase en numerosos anuncios y discursos en los que se acusa al presidente de estar fuera de la realidad y de buscar la solución a la crisis en el ‘gran Gobierno de la burocracia’, en lugar de fomentar a la empresa privada para crear empleo.
Por el contrario, en los anuncios que se difundirán a través de las emisoras de radio y televisión en español se explota una desafortunada frase de Mitt Romney de hace dos meses, en la que el candidato decía «no estar muy preocupado por los que son muy pobres» porque están protegidos por una red de beneficencia pública, que si no funciona habrá que mejorarla.
Por supuesto, esta última parte no se suele recoger. Tan solo el corte del candidato al que no le importan los pobres seguido de los comentarios frustrados de varios hispanos desempleados que escuchan al multimillonario Romney decir que «él también está desempleado», dijo el aspirante conservador hace unos meses en las primarias de Florida. «Se está burlando de nosotros, de las personas que necesitamos trabajo», dice una mujer hispana en el vídeo.
Anuncios negativos
Es la guerra televisiva, ésa que en Wisconsin ha permitido la reelección de un gobernador por cuya destitución habían firmado un millón personas, pero en cuya campaña las fuerzas conservadoras invirtieron ocho veces más que lo que había gastado su rival. El dinero habla, está comprobado. Por mucho que los anuncios negativos puedan resultar burdos, siempre perduran en la mente del votante. Y cuanto menor sea la formación del destinatario, mejor resultado consigue este tipo de mensajes.
En éstas, las primeras elecciones presidenciales desde que el Supremo permitió la entrada de dinero ilimitada en las campañas a través de unos comités de acción política llamados Superpacs, las encuestas se mueven en paralelo a la recaudación. ‘Priorities USA’, la Superpac demócrata que hace el trabajo sucio de Obama, ha lanzado esta ofensiva hacia los hispanos con el apoyo del poderoso sindicato de empleados de servicios Seiu.
Se calcula que 21 millones de latinos podría votar en las presidenciales de noviembre, pero poco más de la mitad se han registrado para hacerlo y todavía menos se acercarán al final a las urnas. De ahí que el verdadero reto sea sacar a estas personas a la calle y convencerlas de que vale la pena votar el próximo 6 de noviembre por un presidente que ni siquiera ha decidido abordar la promesa de una reforma migratoria.
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