IKER RIOJA ANDUEZA / Vitoria
La Ertzaintza tiene constancia de la
existencia en el País Vasco de un puñado
de bandas latinas, compuestas
por varias docenas de hijos de inmigrantes
de origen andino de entre 13
y 25 años, en ocasiones acompañados
por muchachos nativos o de
otras nacionalidades, quemantienen
cierta actividad delictiva, incluyendo
reyertas con arma blanca. Aunque la
primera, vinculada a los Latin Kings,
se detectó en Gipuzkoa en 2004,
ahora tienen mayor incidencia en
Bilbao y, sobre todo, en Vitoria. Este
fenómeno, que preocupa a autoridades
y expertos en grandes urbes a
uno y otro lado del Atlántico, no
comporta en suelo vasco, eso sí,
igual nivel de riesgo que en Madrid
o Barcelona y la Policía considera
que tiene una incidenciamínima en
la seguridad pública.
«Los casos registrados en el País
vasco indican que la presencia de este
fenómeno es prácticamente residual
y que se caracteriza por un nivel
de violencia de baja intensidad
propio de la típica pandilla juvenil.
No existen datos objetivos que permitan
afirmar si el fenómeno está en
aumento. No obstante, puede señalarse
que el nivel de integración social
de la población inmigrante será
un elemento determinante para ver
el número de adeptos que pueden
aglutinar este tipo de grupos en el futuro
», sostiene la Ertzaintza en un informe
interno de laUnidad de Investigación
Criminal y Policía Judicial.
Las bandas andinas, surgidas en
la miseria y el desarraigo social de
las latinos residentes en los masificados
suburbios de Nueva York,
llevan tiempo avanzando en España.
«Se les ha facilitado el ingreso
[a los inmigrantes de América Latina]
y han poblado aquí», destaca
el experto argentino Óscar Terminiello,
jefe de los servicios de información
de la Policía de Buenos Aires,
área en la que las bandas han
conquistado barriadas enteras.
No son esos inmigrantes, sino sus
hijos, la segunda generación, los que
se han ido reuniendo en pandillas.
Los cabecillas buscan jóvenes descontentos
con la sociedad y sus reglas,
generalmente con un fracaso
escolar a sus espaldas y con problemas
económicos, y los captan en la
calle o por Internet, en las redes sociales.
«El grupo les da seguridad y
una apariencia de progreso económico
», destaca Terminiello. Se les inculca,
incluso, algo por lo que luchar:
«Vienen a la antigua patria a recuperar
lo que durante 400 años les quitaron
los españoles». Es algo similar al
mensaje que se inocula a los extremistas
islamistas para que se unan a
la reconquista de Al-Andalus.
La teoría dicta que son grupos
con códigos muy cerrados tanto en
la forma de vestir como en su lenguaje.
«En Euskadi, de todos modos,
cabe destacar que las personas
que integran las bandas juveniles
habitualmente ocultan sus rasgos
de identidad –vestimenta y simbología–
a fin de pasar inadvertidas,
mostrándolos sólo en privado. Esta
situación dificulta su identificación
y hace que sus integrantes pasen
inadvertidos para las fuerzas de orden
público»,matiza la Ertzaintza.
Ello se debe a que los grupos asentados
en el País Vasco, que se reúnen
en parques y canchas deportivas,
«no tienen una dependencia jerárquica
de las grandes bandas latinas
conocidas [además de los Latin
Kings están los Ñetas, los DDP o los
Trinitarios] si bien utilizan una estética
y simbología similar». También
imitan su identidad extremadamente
racista, homófoba y machista,
aunque la Policía ha detectado un
destacado número de mujeres jóvenes,
sobre todo de nacionalidad española,
que se han enrolado en ellas.
El primer grupo de estas características
fue identificado tras el hallazgo
en 2004 de un grafiti en Urretxu
(Gipuzkoa), que incluía la corona de
los Latin Kings. En 2005 se verificó
que en esa provincia, concretamente
en Irún, existía una banda formada
por unos 40 miembros. Ya ha desaparecido,
según la Policía.
El foco, ahora, está puesto en Álava
y Bizkaia. Tres «grupos juveniles
organizados» están radicados en Vitoria.
Desdemayo de 2010 se tiene
fichada a una banda con cierta organización
que se reúne en el entorno
de la calle de Bolivia y cerca del centro
cívico de San Andrés. Se les imputan
robos, hurtos y agresiones.
También en la capital vasca, aunque
en este caso desde 2009, se investiga
a otra pandilla de estética Latin
King que se reúne en el Parque
del Norte.Hay, además, un grupo de
red skins que frecuenta el Casco Viejo.
En Bilbao, «existen indicios que
podrían indicar la existencia de tres
grupos, todos ellos localizados en el
Casco Viejo», uno de ellos con vestimenta
similar a la de los Ñetas. En
ambas ciudades ha habido enfrentamientos
entre grupos rivales y, en
2011, se produjeron dos heridos por
arma blanca en estas reyertas.
La Policía está tranquila. Considera
que no es un fenómeno extendido,
principalmente por el menor
nivel de inmigración y por la mayor
protección social que se procura a
los extranjeros en relación a otras regiones
de España. En un reciente
congreso policial celebrado en Derio
(Bizkaia), sin embargo, Terminiello
mostró una fotografía que, a su juicio,
debería invitar a la reflexión. Era
un grafiti que había localizado en el
País Vasco y que mostraba a tres encapuchados
de ETA y, a su lado, la
corona de los Trinitarios con un críptico
«Aupa». «Quiere decir que,
cuando acabe el terrorismo, tendrán
más facilidad para controlar el terreno
», interpretó entonces Terminiello.
Los especialistas de la Ertzaintza
ya han recibido formación en la interpretación
de grafitis, empleados
no sólo paramarcar el terreno conquistado
sino también para informar
de sus objetivos y próximas actuaciones
delictivas. De momento, tranquiliza
la Policía vasca, no han aparecido
pintadas encriptadas que
oculten amenazas de ningún tipo.

Grupos detectados
en el País Vasco
>Álava. En la capital están
asentados tres grupos. Han protagonizado
alguna pelea entre
ellos. En el Paque del Norte hay
una banda de estética Latin
King. Otro grupo se reúne en
una plaza de la calle Bolivia y en
las canchas de San Andrés. El
tercero lo conforman ‘red skins’.
>Bizkaia. Hay tres grupos y todos
ellos se reúnen en el Casco
Viejo de Bilbao. Uno se asemeja
a los Ñetas.
>Gipuzkoa. En la capital, la incidencia
es «prácticamente nula».