Conflicto aduanero

Reuniones bilaterales para poner fin a las repatriaciones

La Voz de Galicia, Manuel Costoya, 05-06-2012

Un grupo de trabajo formado por autoridades consulares y policiales españolas y brasileñas se reunieron ayer en Madrid para estudiar la manera de suavizar los criterios de entrada a los brasileños que vienen de visita a España y a los españoles que hacen lo mismo en el país sudamericano. Fue otro intento por acercar posturas sobre un conflicto aduanero que ha provocado numerosos roces diplomáticos y que todavía no se ha solucionado.

Actualmente, cualquier español que viaje a Brasil debe armarse de paciencia y sobre todo informarse de los requisitos que debe cumplir para entrar en el país, dos condiciones indispensables para que este desplazamiento no se convierta en una pesadilla con riesgo de repatriación. Desde el pasado mes de abril, el Gobierno del Estado sudamericano decidió endurecer los requisitos de entrada a los turistas españoles, que tienen que cumplir con unos trámites administrativos que no se aplican a los demás ciudadanos europeos.

Las autoridades brasileñas de inmigración exigen, además del pasaporte con una validez de seis meses, un billete de avión de ida y vuelta con fecha de regreso confirmada. También un comprobante de medios económicos suficientes para la manutención – por un valor de unos 80 euros al día-, además de una reserva de hotel o una carta de invitación de la persona donde el turista se vaya a alojar.

¿Por qué Brasil aplica estas condiciones a España y no lo hace con el resto de los países europeos? El conflicto comenzó en el 2008, cuando se conoció que España había devuelto a un millar de brasileños a su país, solo en el primer trimestre del año. El hecho alcanzó notoriedad pública y provocó el malestar y la protesta de las autoridades del país sudamericano. Tras varios roces diplomáticos, el Ejecutivo de Dilma Rousseff decidió, en abril de este año, aplicar el principio de reciprocidad y exigir a los ciudadanos españoles los mismos requisitos que a los brasileños que llegan a España.

Desde que comenzó el conflicto, ambos Gobiernos acordaron desarrollar distintas fórmulas de cooperación para mejorar la situación de los no admitidos en los aeropuertos y resolver con agilidad los incidentes que pudieran surgir, pero han seguido las repatriaciones. En concreto, en los cuatro primeros meses de este año se denegó la entrada a 83 españoles, frente a los 120 que fueron expulsados en todo el 2011. Solo en el mes de abril, cuando se implantaron las nuevas condiciones que los españoles deben cumplir para entrar en Brasil, se impidió la entrada a 31 ciudadanos.

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