Chachas españolas en París

El Correo, OSKAR L. BELATEGUI, 05-06-2012

A principios de los años sesenta, más de 50.000 españolas trabajaban en París como sirvientas. Pocas habían cruzado antes la frontera y la mayoría ni siquiera había salido de su pueblo. El poeta José Ángel Valente recuerda que, a finales de los 50, los españolitos que llegaban a la estación de Ginebra eran separados de los demás viajeros y desinfectados por los servicios sanitarios suizos. Las chachas que servían en las casas de familias bien de los distritos burgueses de París se hacinaban en las habitaciones de los pisos superiores, la mayoría de las veces sin calefacción ni agua corriente.

Dirigida por el francés Philippe Le Guay, ‘Las chicas de la sexta planta’ recupera una realidad tristemente vigente en estos tiempos de ‘Vente a Alemania, ingeniero Pepe’. Lo hace en tono de comedia amable y con la ayuda de un soberbio grupo de actrices españolas, que experimentaron en el rodaje el mismo sentimiento de camaradería que unía a las protagonistas reales de la historia. La cinta, un éxito de taquilla en su país de origen, llega este viernes a los cines españoles tras brindarle a Carmen Maura el César a la mejor actriz de reparto.

Le Guay parte de sus recuerdos de infancia. «Mis padres emplearon a una criada española llamada Lourdes. Yo pasaba más tiempo con ella que con mi madre, hasta el punto de que cuando entré en la guardería hablaba un revoltijo incomprensible de francés y español. Más tarde, viajando por España, algo encajó de repente al conocer a una mujer que me contó cómo había vivido durante los años 60 en París».

Natalia Verbeke conoce los sentimientos del emigrante: se vino de Argentina a Madrid con 11 años. La actriz tampoco sabía una palabra de francés cuando aceptó el papel protagonista, una recién llegada alegre y decidida, que revolucionará a sus compañeras y robará el corazón al padre de familia que la contrata. Le Guay muestra el desamparo de las chicas que aterrizaban con la única referencia de alguna compatriota que llevaba años sirviendo (Verbeke tiene a su tía, encarnada por Carmen Maura). Al aprendizaje profesional – no subir por la escalera principal, reprimir el carácter latino – se unía el brutal choque cultural: nunca habían visto supermercados tan abastecidos y muchas ni siquiera sabían qué era una aspiradora.

Un cuento de hadas real

‘Las chicas de la sexta planta’ toma su título de las ‘chambres de bonnes’, las habitaciones sin agua caliente y con un servicio común donde vivían las ‘conchitas’, como todavía se les conoce popularmente. Carmen Maura unió cinco de esas habitaciones de servicio para construirse su pisazo actual en el prohibitivo barrio de Le Marais. «Aquellas pobres lo pasaban fatal, vivían en circunstancias terribles. Afortunadamente ahora lo hacen en mejores condiciones», constata la actriz. «’Las chicas…’ es un cuento de hadas real, una comedia sensible y muy tierna con una historia de amor que termina bien. Además, la historia está contada desde el punto de vista de un francés, y mira que es raro encontrar alguno que adore España».

El personaje de Carmen Maura vive obsesionado con enviar todo el dinero posible a su marido en España para que construya una casa donde retirarse. Es como una madre adoptiva para el resto de las chicas, entre las que destaca Lola Dueñas, la única del grupo desencantada y con conciencia política. «Las criadas españolas estaban muy bien consideradas porque tenían una idea de la limpieza muy elevada», observa Maura. «La importancia que se le da al baño en Francia no tiene nada que ver con España. Me di cuenta cuando buscaba piso. Aquí a veces incluso se encuentran apartamentos con baños exteriores. Es muy raro».

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)