La Guardia Civil ha interceptado a un inmigrante de origen subsahariano que trataba de acceder a Melilla desde Marruecos oculto en el doble fondo de un coche, situado bajo la plancha metálica que separa el maletero y la rueda de repuesto, donde se encontraba aprisionado.

Según se informa en un comunicado, los hechos se produjeron el pasado jueves, cuando los guardias civiles de servicio en la frontera de Beni Enzar inspeccionaron un vehículo matrícula de Marruecos, al que se le aplicó el sistema de detección de latidos. En ese momento, el conductor del turismo, un marroquí de 26 años, emprendió la huida a pie, tratando de cruzar la frontera hacia Marruecos, donde fue interceptado por dos policía nacionales, «quienes resultaron lesionados dada la resistencia que ofreció el detenido».

En el momento de su localización, el inmigrante se hallaba en un habitáculo «encajonado y sin posibilidad de poder moverse» por sí mismo. Inmediatamente, se procedió a su extracción, ya que presentaba signos de entumecimiento, alteraciones respiratorias y debilidad extrema, por lo que, una vez auxiliado, fue conducido al servicio de urgencias para su reconocimiento, donde fue atendido.

«La localización de esta persona en tan lamentable estado ha sido muy afortunada. Su resistencia física parecía haber llegado al límite y, en caso de no haber sido rescatado, se presume que podría haber tenido un fatal desenlace», afirma la nota de la Guardia Civil.

El subsahariano, de 18 años y natural de Níger, se encuentra actualmente en buen estado de salud.